Por: José Sánchez López

Segunda y última

El nombre real del “Chapo” es el de Archivaldo no el de Joaquín, pero como así se llamaba su abuelo, quien alentaba a su  padre para que lo golpeara e incluso lo corrió de la casa cuando era un adolescente, no quiso llamarse igual y se lo cambió por el de Joaquín.

Nació el 4 de abril de 1957, en el poblado La Tuna, municipio de Badiraguato, Sinaloa, cuna de capos de la talla de Miguel Angel Félix Gallardo, “El Jefe de Jefes”; Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”; Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”; Ismael “El Mayo Zambada García; de quien se dice que fue quien lo entregó al gobierno de Enrique Peña Nieto;  Rafael Caro Quintero, “El Narco de Narcos”; Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto” y otros narcotraficantes de primer nivel.

Guzmán Loera, de apenas 1.55 metros de estatura, de ahí su mote ya que en Sinaloa se les llama “chapos” a los de baja estatura, por chaparritos, se hizo a la sombra de Félix Gallardo, capi di tutti capi, quien mantuvo el control de todo el país durante décadas.

“El Chapo” en sus inicios, sólo era un ladronzuelo de autopartes y gracias a Ramón Laija Serrano, jefe de sicarios de Félix Gallardo, logró ingresar al grupo junto con Héctor “El Güero” Palma. Su agresividad y pericia en el manejo de armas les sirvieron para destacar y en poco tiempo pasar a ser parte de los ejecutores.

Cuando Félix Gallardo cayó en desgracia, también se comenta que fue el mismo “Chapo” quien lo entregó, comenzó a encumbrarse pero no pasaba de ser otro de tantos narcotraficantes sin mayor relevancia.

La primera vez que trascendió su fama, fue a mediados de 1991, cuando patrulleros de la Secretaría de Protección y Vialidad del DF, detuvieron en calles de la colonia Jardín Balbuena a cuatro individuos que viajaban en una camioneta Suburban, sin placas de circulación, con vidrios polarizados y armas de grueso calibre. Los desconocidos ofrecieron 10 mil dólares para que los dejaran ir.

Los uniformados se asustaron ante tanto dinero ofrecido y quienes terminaron haciendo negocio, fueron el primer inspector Rogelio Herrera Pérez, alias “El Pispión”, titular del sector Venustiano Carranza; Fulvio Jiménez Turegano, ex motociclista de Policía y Tránsito venido a comandante de la Policía Judicial Federal y Santiago Tapia Aceves, entonces director operativo.

Confesaron haber recibido medio millón de dólares aunque extraoficialmente se supo que habían sido no menos de 5 millones de dólares los que recibieron a cambio de dejar libre al entonces todavía desconocido “Chapo” Guzmán.

Foto: MugsNoticias/Aldo Herrera.

Foto: MugsNoticias/Aldo Herrera. El túnel de El Chapo Guzmán.

El otro hecho que lanzó al “estrellato” al incipiente narco pero que sería su perdición, ya que representaría su captura, ocurrió el  24 de mayo de 1993 cuando el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo fue abatido por sicarios de los hermanos Arellano Félix, en el aeropuerto de Guadalajara, Jalisco, al confundirlo con “El Chapo”.

En menos de un mes, el 9 de junio de ese mismo año, “El Chapo” fue detenido en Guatemala y entregado al gobierno mexicano.

Fue confinado en el penal de Almoloya y a fines de 1995, al descubrirse un supuesto intento de fuga, se le envió al penal de Puente Grande, Jalisco, donde provocó la relajación de la disciplina a tal grado que se sabía que el presidio de supuesta alta seguridad era propiedad de Guzmán Loera, del “Güero” Palma y de Arturo Martínez, líder de “Los Texas”.

“El Chapo” Guzmán gozaba de toda clase de privilegios: teléfonos celulares, drogas, licor, mujeres, celdas espaciosas, extorsión a reclusos y un completo autogobierno en el que los presos importantes, salían y entraban de la cárcel cuando querían. “El Chapo” no faltaba a ningún partido de fútbol de sus equipos favoritos: el  Guadalajara y el Atlas.

A fines de 1999, la SCJN dio a conocer la aceptación de la procedencia de extradición de delincuentes mexicanos a Estados Unidos, lo que significaba para Guzmán Loera que en cualquier momento pudiera ser enviado al vecino país.

Una prisión que cuenta con filmación en áreas recreativas, comedores, oficinas, sensores en celdas, visita íntima y subterráneos, muros de contención, mallas ciclónicas; zonas electrificadas, control de internos, revisión de celdas cada media hora; rotación del personal de vigilancia, cerraduras electromagnéticas, arcos detectores, zonas de revisión con perros adiestrados y puertas operadas a través de dispositivos electrónicos, es insalvable si no se cuenta con cómplices.

Tras su primera fuga del penal de Puente Grande, su imperio creció a tal grado que sus operaciones se extendieron a varios continentes, lo mismo en América que en Europa e incluso hasta en China.

Su mala fama y poder crecieron a tal grado, que varias veces apareció en revistas internacionales (Forbes y Times), como uno de los hombres más ricos e influyentes del mundo.

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LAS MUJERES DEL CHAPO

La vida sentimental del “Chapo” siempre ha revestido especial importancia para el narco;, a sus 57 años de edad, se ha casado cuatro veces y procreado 10 hijos.

La primera con Alejandrina María Salazar Hernández, luego con Griselda López Pérez, también conocida como Karla Pérez Rojo (en dos ocasiones) y la última vez con Emma Coronel Aispuro.

En 1977, contrajo nupcias en el poblado de Jesús María, Sinaloa con Alejandrina María Salazar, con quien procreó tres hijos: Iván Archivaldo, Jesús Alfredo y César Guzmán Salazar.

A mediados de los ochentas, El “Chapo” Guzmán se volvió a casar con Griselda López Pérez, también conocida como Karla Pérez Rojo. Con ella tuvo cuatro hijos: Edgar, Joaquín, Ovidio y Griselda Guadalupe López Pérez. En mayo de 2010, Griselda López Pérez, fue detenida por militares en Culiacán, Sinaloa y tras declarar en la SIEDO, se determinó su libertad con las reservas de ley.

En noviembre de 2007, “El Chapo” Guzmán se casó con la entonces reina de belleza de 18 años, Emma Coronel Aispuro en Canelas, Durango, con quien procreó dos niñas, gemelitas, en el 2011, en los Angeles, California.

Para la PGR, “El Chapo” operaba en toda la República, en tanto que la Oficina Europea de Policía (EUROPOL), considera que su organización ya ha penetrado en Europa y Oceanía, mientras que el gobierno de Hong Kong liga al capo con las tríadas 14K y la Sun Yee On, de origen chino, con base en Hong Kong, Taiwán y China continental.

Por otra parte, expertos en materia de narcotráfico estiman que pese al tiempo que estuvo encarcelado, su estructura criminal se mantiene intacta a través de su principal hombre de confianza, Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”.

Tras su nueva escapatoria y dada la versión de que fue su amigo, subalterno y socio, Ismael “El Mayo” Zambada quien lo entregó a las autoridades en febrero del 2014, se desató una escalada de violencia para cobrar venganza.

El Chapo Guzmán

Habría que recordar que durante los 13 años que estuvo libre, luego de su evasión en 2001, se registró la mayor ola de violencia y ejecuciones que situó a México en el umbral de una ola de violencia sin precedentes, en la que los narcos cobrarían viejas facturas, prohijadas por “La Madre de las Batallas”, de Vicente Fox y la “Guerra Contra las Drogas”, de Felipe Calderón, lo que dejaría una estela de sangre que cubriría a toda la República Mexicana provocando no menos de 200 mil muertos y desaparecidos, así como miles más de víctimas “colaterales”.

SUS INICIOS EN EL NARCO

La historia del “Chapo” Guzmán, no puede desligarse de la de Miguel Angel Félix Gallardo, líder del Cártel de Guadalajara y capi di tutti capi, que mantuvo el control de todo el país durante más de dos décadas, apoyado en narcos de menor rango como “El Chapo”, que de cierta manera operaba con libertad y mantenía el orden en diferentes estados de la República.

Félix Gallardo tenía como ejecutor a  Ramón Laija Serrano, hermano de María Guadalupe, casada con Héctor Luis “El Güero” Palma Salazar, que, al igual que Joaquín, solamente eran raterillos dedicados a desvalijar  automóviles o robar bolsos.

Fue su cuñado quien acercó al “Güero” Palma con Miguel Angel y como resultara sumamente hábil con las armas, desbancó al mismo Ramón y se ganó la confianza del jefe.

Ya como jefe de sicarios de Félix Gallardo, llevó a Guzmán Loera a la organización y lo nombró como su segundo.

Cuando cayó en desgracia Félix Gallardo, de quien se dice que fue el mismo “Chapo” quien lo delató, éste formó su propia organización y se invirtieron los papeles con su amigo y compadre: “El Güero” Palma que pasó a ser su segundo.

El secreto del “Chapo” para crecer sin ser molestado fue el anonimato pues durante varios años no hubo nada que hiciera presumir a las autoridades que se iba a convertir en uno de los más grandes capos no sólo de México sino del mundo.

En los primeros cuatro años de las actividades del narcotraficante, el nombre de Joaquín Guzmán Loera simplemente no figuraba en los anales del narcotráfico; ese bajo perfil le permitía operar sin llamar la atención de las autoridades antidrogas.

El chapo entrega y traicion

LEJOS DE CAPTURARLO SUS PERSEGUIDORES LE LIMPIARON EL CAMINO

Durante los más de 13 años que permaneció prófugo, se asoció con Ignacio “Nacho” Coronel Villarreal, del que también se dice que finalmente mandó ejecutar; con Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”, aún vigente; Los hermanos Beltrán Leyva, cuya extinción también se le atribuye al “Chapo” y con Ismael “El Mayo” Zambada García, de quien, irónicamente, se rumora que fue él quien lo delató en su penúltima captura.

En ese tiempo retomó las riendas de la organización y el máximo liderazgo, aunque antes ya había saltado a las grandes ligar del narcotráfico, tras el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.

Los cuatro narcos que por más de 10 años formarían la cúpula del ya poderoso narcotraficante, en la década de los noventas, ya había cimentado su fama al formar parte del círculo de confianza de Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, que, presuntamente falleció en 1997, descabellada versión, como las fugas del “Chapo” que a nadie convencen.

El éxito del “Chapo” se basó principalmente en las habilidades de Esparragoza Moreno como concertador, pues a través del apodado “Azul”, pudo fundar lo que se dio en llamar “La Confederación del Narcotráfico”, tras haber sentado a casi todos los jefes de los cárteles para negociar, excepto al Cártel de Tijuana de los hermanos Arellano Félix que nunca quiso formar parte de la “confederación”.

En todo el tiempo que se mantuvo prófugo, extrañamente comenzaron a caer los principales líderes de diferentes organización delictivas, menos del Cártel de Sinaloa, lo que provocó la sospecha de los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón que no pudieron o no quisieron detenerlo, únicamente “le allanaron el camino”.

Igualmente, los capos que se separaron de su organización, como “Nacho” Coronel, los hermanos Beltrán y Edgar Valdez Villarreal, “La Barbie” terminaron en prisión o en la tumba.

SU FAMILIA Y SU NIÑEZ

La familia de Archibaldo Joaquín Guzmán Loera fue numerosa, “El Chapo” fue uno de los once hijos del matrimonio formado por María Consuelo Loera Pérez y Emilio Guzmán Bustillos, ambos campesinos que procrearon ocho varones y tres mujeres, de los cuales cuatro murieron.

Los otros hermanos del ‘Chapo’ Guzmán, fueron Arturo, asesinado precisamente en el penal de La Palma; Ovidio, Miguel Angel, Aureliano, Emilio, Armida y Bernarda, de los otros tres hermanos no hay registro alguno, ya que fallecieron cuando eran muy pequeños.

De acuerdo a investigaciones realizadas por Michael Vigil, ex agente de la agencia antidrogas norteamericana, Drug Enforcement Administration (DEA), la infancia de Archibaldo, nombre impuesto en honor a su abuelo, padre de María Consuelo, fue pobre y triste.

Su progenitor lo maltrataba, lo golpeaba y lo dejaba sin comer si no lo acompañaba a las faenas del campo, pero como siempre fue rebelde, su padre terminó por correrlo de la casa cuando tenía 12 años, lo que lo llevó a vivir en la calle y a cometer toda clase de fechorías para poder sobrevivir, aunque no pasaba de ser un ladronzuelo.

Su situación comenzó a cambiar cuando trabó amistad con Héctor “El Güero” Palma Salazar, que fue quien hizo que entrara de lleno en el mundo de las drogas.

El Chapo

SUS PRIMERA PERDIDAS FAMILIARES

Sus principales colaboradores y hombres de confianza, fueron sus hermanos Arturo, “El Pollo”; Miguel Angel, “El Mudo” y Aureliano, “El Guano”, a quienes también incorporó al gang de las drogas.

Sin embargo, a siete meses de su fuga, el hermano menor, el consentido, fue detenido por la policía el 21 de septiembre de 2001 y llevado, irónicamente, al penal llamado todavía de La Palma.

Del 2001 al 2004, se dio una estrecha relación entre “El Chapo”, líder del Cártel de Sinaloa y Vicente Carrillo Fuentes, “El Viceroy”, a raíz de la desaparición de Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos” y durante ese lapso las cosas marcharon bien.

Sin embargo esa buena relación se rompió el 11 de septiembre de 2004, cuando, por órdenes del “Chapo”, fue ejecutado Rodolfo Carrillo Fuentes, “El Niño de Oro”, hermano menor del clan de los Carrillo, junto con su esposa Giovanna Quevedo Gastelum, en Culiacán, Sinaloa.

Tres meses después se consumaría la “Ley del Talión”, ojo por ojo y diente por diente, pues el 31 de diciembre de ese mismo año, “El Pollo” Guzmán fue asesinado en el interior del mal llamado penal de alta seguridad, por el reo José Ramírez Villanueva, cuando se encontraba en el área de locutorios hablando con su abogado.

Posteriormente se sabría que “el trabajo” se lo había encomendado Miguel Angel Beltrán Lugo, “El Ceja Güera”, gente del Chapo, a Daniel Arizmendi López, “El Mochaorejas”, al que dio 2 millones de pesos y éste a su vez, dio un millón a José Ramírez y se quedó con la diferencia.

Años antes, en junio del 2005, la policía atrapó a Miguel Angel, apodado “El Mudo”, porque sus cómplices garantizaban que no lo harían hablar bajo ninguna circunstancia, situación que ha prevalecido.

En mayo de 2008, fue asesinado su hijo Iván Archibaldo Guzmán Salazar, en Culiacán, Sinaloa. Tenía un mes que había recobrado su libertad luego de permanecer arraigado por la PGR durante 40 días.

 “El Chapo” compró toneladas de flores y arreglos, y prácticamente tapizó la ciudad de Culiacán para darle el último adiós a su hijo predilecto, al que también apodaban “El Chapito”.

 Otro episodio de traiciones se dio a inicios de 2008, cuando Arturo Beltrán Leyva, “El Barbas”, jefe máximo del Cártel de Los Beltrán, rompió definitivamente con “El Chapo” por haber entregado a su hermano Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo” y se dio una interminable cadena de muertes de uno y otro bando.

 Dentro de ese ajuste de cuentas, el 8 de mayo de ese mismo año, casi cuatro meses después de la captura de “El Mochomo” un grupo de sicarios asesinó en Culiacán, Sinaloa, a Edgar Guzmán López, uno de los nueve hijos de El Chapo.

El Chapo

LA DEBILIDAD Y PERDICION: LAS MUJERES

El talón de Aquiles del “Chapo” siempre han sido las mujeres; su penúltima detención en Culiacán, Sinaloa, fue precisamente cuando se encontraba con su última esposa, Emma Coronel Aispuro, sobrina del desaparecido capo, Ignacio “Nacho” y ex reina de belleza de Canelas, Durango, con quien se casó en 2007.

 El padre de Emma, Inés Coronel Barreras, también estuvo involucrado en el narcotráfico, ya que fue detenido por elementos de la Policía Federal, en Agua Prieta, Sonora, por delitos contra la salud.

 A sus 57 años de edad, El Chapo se ha casado cuatro veces, mejor dicho, cinco, porque con su segunda esposa se divorció y se volvió a casar, independientemente de múltiples aventuras y romances que se le adjudican.

 Su primera esposa, fue Alejandrina María Salazar Hernández, la segunda y cuarta, Griselda López Pérez  quien también se hacía llamar Karla Pérez Rojo; Estela Peña García y Emma Coronel, con las que procreó 10 hijos en total.

También figuran Zulema Yuria Hernández, una reclusa del anexo femenil de Puente Grande, Jalisco, que estuvo perdidamente enamorada del capo y cuyo final fue trágico y cruel.

Con Griselda, de quien se dice que es la mujer que más ha amado, se casó y se divorció para volverse a casar, el capo hizo sentir su poder cuando en mayo de 2010 fue detenida y llevada a las instalaciones de la SIEDO (a la que le antepusieron las letras para hacerla más eficiente; SEIDO) acusada de lavado de dinero.

Sólo unas cuantas horas estuvo en la entonces SIEDO, porque inexplicablemente fue puesta en libertad sin reserva alguna, pese a que durante un cateo a su casa, en Culiacán, encontraron armas, joyas y una fuerte suma de dólares.

Los medios se regocijaron con el hecho y un caricaturista de un diario vespertino se mofó del entonces subprocurador José Cuitláhuac Salinas Martínez y del entonces jefe de la Policía Federal Ministerial, Vidal Díazleal Ochoa.

En el cartón se apreciaba a un funcionario bigotón que regañaba a su subalterno, un policía grandote, con cara de escasa inteligencia, a quien decía:

“Te dije a la señora Beltrán, (refiriéndose a Clara Elena Laborín Archuleta, esposa de Héctor Beltrán Leyva, “El H”), no a la señora Guzmán, estúpido”.

Zulema Juria Hernández, no fue se esposa pero sí su pareja: la conoció durante su estancia en Puente Grande. Ella era interna del anexo femenil de dicho penal.

Tras quedar libre, luego de compurgar su pena, se fue al Estado de México, pero al ser identificada como una de las mujeres del capo, la secuestraron a principios de noviembre de 2008 y el 17 de diciembre fue encontrada muerta, dentro de un automóvil, en Ecatepec, Estado de México.

Había sido ultrajada, torturada, presentaba varios impactos de bala y en la espalda le tatuaron a navajazos una enorme letra Zeta.

A otra de sus esposas, Estela Peña García, empleada de un banco en Tepic, Nayarit, la conoció en un baile y trató de conquistarla. Esta lo rechazó y entonces comenzó el asedio.

Sin embargo, Estela siguió negándose por lo que El Chapo contrató una avioneta que lanzó cientos de flores sobre la casa de su amada, pero el bombardeo romántico tampoco le dio resultados.

Entonces, con la complicidad de compañeros de trabajo de Estela, se concertó una cita en el restaurante Roberto’s Internacional, al que llegó a bordo de un lujoso automóvil último modelo.

Sin mayores preámbulos, la secuestró y se la llevó a la fuerza a un hotel de lujo de Puerto Vallarta donde la mantuvo varias noches en las que la hizo suya.

Tras el secuestro y posesión a la fuerza, la mujer terminó aceptando ser su esposa y así se convirtió en la cuarta pareja del narcotraficante.

La quinta fue Emma Coronel, con una diferencia de edad de 25 años. Se casó con ella cuando tenía 18 años y acababa de ser Reina de Belleza.

La última fémina que apareció relacionada con “El Chapo”, fue la diputada panista Lucero Guadalupe Sánchez López, a quien llevó el abogado del narcotraficante y con documentación falsa logró que ingresara para visitar al narcotraficante.

Por un tiempo no se supo quién había sido la misteriosa visitante y cuando se hizo público, la legisladora lo negó asegurando que nunca visitó el penal del Altiplano.

Para la mentalidad del Chapo no había mujer que pudiera resistírsele, las convencía con halagos y cortejos, con regalos costosos, dinero en efectivo (se hablaba hasta de un millón de dólares) o bien con metralleta en mano.

Celda Chapo

CUANTO TIEMPO HA ESTADO PRESO

Con tres condenas por los delitos de cohecho y asociación delictuosa, que sumaron 20 años y nueve meses (hasta la fecha no hay una sola por narcotráfico), pero de darse sumarían varias décadas más, “El Chapo” Guzmán ha estado preso menos de 9 años en los penales de Puente Grande, Guadalajara, Jalisco y en El Altiplano, de Toluca, Estado de México.

La primera captura de Guzmán fue el 9 de junio de 1993, en la frontera de Guatemala con México, cerca de Ciudad Cuauhtémoc, Chiapas y se fugó el 19 de enero de 2001, del penal de “alta seguridad” de Puente Grande, tras haber sido llevado inicialmente al entonces llamado penal de Almoloya, de donde fue cambiado a la cárcel jalisciense el 22 de noviembre de 1995, es decir que permaneció cautivo siete años y siete meses.

La segunda detención, fue realizada el 22 de febrero de 2014, en Mazatlán, Sinaloa y para que, supuestamente, no se escapara, lo llevaron a su antigua estadía, pero ya rebautizada con el nombre de La Palma y finalmente El Altiplano, donde la historia de repitió pues solamente estuvo tras las rejas un año cuatro meses.

En total, el escurridizo “Chapo” permaneció preso 8 años, 11 meses y 19 días, de cuando menos 100 años de prisión que le tienen contemplados, considerando que aún están pendientes varios procesos por delitos contra la salud.

Ahora, tras su tercera aprehensión –y todo indica que será la última pues difícilmente se contempla una nueva evasión–, el panorama para el otrora poderoso e influyente narcotraficante es negro, pues las medidas de seguridad en torno a él serán más severas y rígidas que las anteriores o bien, termina siendo extraditado a los Estados Unidos, aunque ello sería una tácita aceptación del gobierno de México de ser incapaz de retener al capo.