• Me veo con un Premio Nobel y antes de cumplir los 22 años de edad también quiero ser campeón mundial de box.

Por: Redacción/

Universitario y deportista, Alan David Picasso Romero, estudiante de la Licenciatura en Neurociencias de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, busca identificar, establecer y analizar la relación entre esta especialidad y el boxeo.

“Quiero iniciar este estudio que se aboque a la relación de las neurociencias con ese deporte, porque desafortunadamente ha habido varios accidentes en esta práctica; se requiere un abordaje ahí, pues no se le ha puesto suficiente atención”, indicó.

El objetivo sería, continuó el universitario, realizar estudios dentro del cuadrilátero. Por ejemplo, cuando estemos realizando sparring (entrenamiento-simulación de una pelea real), que se pueda contar con electroencefalogramas para identificar las zonas del cerebro que están trabajando, cuáles pueden estar dañadas y, además, algunas que dejaron de funcionar.

Lo anterior ayudaría al estado de salud del deportista y a su rendimiento; es un reto, y es justo en el boxeo donde hace falta implementarse, al igual que los deportes de contacto en general.

Físico-neurocientífico

Oriundo de los alrededores del barrio bravo de Tepito, Alan David Picasso Romero tuvo entre sus sueños recurrentes ingresar a la Universidad Nacional y ser campeón mundial de boxeo, deporte que inició a los siete años de edad. El joven universitario abre los ojos a las 4:30 de la mañana para entrenar y, luego, retomar sus clases.

Durante el periodo más álgido de la pandemia, robusteció su entrenamiento y logró conseguir los campeonatos Juvenil en pesos Pluma y Supergallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), sin desatender las clases en línea como alumno de la licenciatura en Física de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM.

Fue electo candidato al Boxeador Prospecto del año 2020 por el CMB. La Comisión de Cultura Física, Recreación y Deporte, de la I Legislatura del Congreso de la Ciudad de México, le entregó la Medalla al Mérito Deportivo 2019. Se trató del máximo reconocimiento deportivo otorgado por ese órgano legislativo.

Hace unos meses pausó sus estudios de Física para realizar su examen académico a la Licenciatura en Neurociencias, (debido a que el ingreso a esta carrera es indirecto y con conocimientos previos), y lo aprobó.

“A veces es un poco difícil, a veces cansado. Un día antes de mi antepasada pelea en el pesaje tuve un examen de morfofisiología, estaba con el pendiente del peso y, además, el examen, pero son las dos cosas que me gustan, mis dos pasiones, y las voy a lograr”, resaltó.

Me han dicho a veces que “creo que no vas a poder”, “vas a terminar saliéndote de la carrera”… la verdad, eso me motiva, porque además de luchar por el campeonato mundial que quiero conseguir antes de que cumpla 22 años de edad (22 de julio de 2002), también “me veo con un Premio Nobel”.

Quiero ser campeón mundial como lo hizo Erik Morales (uno de sus entrenadores), quiero seguir su ejemplo, y quiero que sea antes de esa fecha. Quiero pelear en el Estadio Olímpico Universitario. Sé que cuando suceda habrá mucha gente apoyándome, resaltó.

También deseo que México tenga otro Premio Nobel y por eso hay que seguirle apostando a la ciencia, a los talentos en general, al arte, a la literatura; trabajo muy duro para eso.

Invicto

La campana de su profesionalismo en el box se tañó el 25 de marzo de 2016. En esta carrera marcha invicto; en su vida académica, intachable. “Me ha costado mucho. Cuando tienes un sueño tienes que luchar por él. El boxeo no solo es cosa de salir y golpear al otro, es más que eso, es un deporte, un arte, un crucigrama que hay que resolver arriba del ring”.

Poseedor de un fino desempeño en el cuadrilátero, Picasso Romero invita a la comunidad universitaria y al público en general a que sigan su carrera.

La verdad, relató, es que mi abuelito siempre me decía: “pega abajo y la cabeza cae sola”, y es la verdad, si quieres cortar un árbol vas desde la parte de abajo, desde la raíz, desde el tronco, siempre se me quedó grabado eso, estoy trabajando en el gimnasio los ganchos al hígado y, bueno, aunque estés fortísimo del abdomen un golpe así, bien colocado, hace que se contraiga el cuerpo.

Lo que puedo decir es que “Si algo te gusta no lo abandones a pesar de las circunstancias; aunque algunas personas te digan que está muy difícil, y no puedes, ¡hazlo!”, finalizó.