Por María Manuela de la Rosa Aguilar

Ante la crisis de seguridad en Ecuador, el presidente ecuatoriano Daniel Noboa ha instado a Estados Unidos y a otras naciones a apoyar a su gobierno para lograr contener la violencia desatada por los grupos criminales, puesto que considera necesaria la cooperación internacional en el combate a la violencia, que considera como un problema global. Por ello manifestó que requieren equipos, armas, coordinación de inteligencia, ya que este asunto involucra también a la seguridad norteamericana, de todo el continente y de Europa. Entre el 35 y 40% de la droga que sale del Ecuador llega a los EEUU y otro tanto a Europa, por lo que este fenómeno debe tratarse de conjunto con los gobiernos involucrados. Aunque tiene confianza en que pronto se restablecerá la paz y la estabilidad en todo el país, ya que afirma que no sólo cuenta con una economía estable dolarizada que tiene la capacidad de generar suficientes empleos y cuenta con grandes recursos naturales para potenciar la productividad, aunque antes es prioritario restablecer la tranquilidad a la nación, lo que poco a poco se está logrando, aunque para ello se ha tenido que recurrir a un estado de excepción. Pero al fin fueron rescatados 270 rehenes de las cárceles, donde las autoridades ya han podido recuperar el control.

Debido a la palpable situación que vivía la población, ésta ha visto con beneplácito las medidas tomadas por el gobierno, en donde ha sido palpable la solidaridad de la gente que se mantiene unida ante esta situación.

Sin embargo, la tarea no es fácil, no sólo porque Ecuador parece estar solo, sino porque los grupos delincuenciales han adquirido una gran fuerza y poder económico, lo que les ha permitido crecer y posicionarse para controlar al país. Ecuador ha estado bajo la amenaza de muchos y diversos grupos criminales, muchos surgidos de las penitenciarías y se jactan de mantener el terror entre a población y a raíz de esta crisis en algunas ciudades se han registrado atentados y ataques con bombas destruyendo comercios, vehículos particulares y trasportes públicos. Las provincias occidentales de Esmeraldas, Guayaquil y Manta han sido los principales escenarios de la violencia que se ha vivido en los últimos meses en Ecuador, que han sido sus blancos principales, puesto que ahí están los principales puertos, estructuras muy codiciadfas por los narcotraficantes y en general de los grupos criminales.

Desde un punto de vista geopolítico, es importante señalar que Ecuador comparte fronteras con Colombia y Perú, principales productores de cocaína en el mundo, de ahí su importancia para el comercio mundial de la droga. Y debido a la deficiencia en los controles de seguridad por pate del Estado, el territorio marítimo y aéreo ha quedado vulnerable, lo cual ha sido propicio para favorecer la formación de organizaciones criminales nacionales y la llegada de otras internacionales, como lo ha sido el Cártel de Sinaloa. Esto ha llevado al incremento no sólo de la violencia, sino de asesinatos relacionados con el narcotráfico, en donde curiosamente casi el 80% de los muertos tenían antecedentes penales. Por cierto, fenómeno generalizado en América Latina donde domina el narcotráfico, que ha servido de pretexto para que los gobernantes afirmen que no hay problemas de seguridad, puesto que sólo se trata de pugnas entre los mismos narcotraficantes, sin que esto afecte a la población. Falacia muy socorrida por los gobernantes de países considerados narcoestados.

Las bandas nacionales e internacionales luchan por el control de las rutas de las drogas de Perú y Colombia para México y los EEUU, guerra que tiene lugar dentro y fuera de las prisiones. Sólo en éstas últimas se han registrado más de 400 asesinatos del 2021 a la fecha.

Las principales bandas de delincuentes son:

Los Choneros, surgidos a finales de los noventa en la ciudad costera de Chone, provincia de Manabí. Esta banda se ha convertido en la más grandes de Ecuador y ha sido vinculada al Cártel de Sinaloa de México y al Frente Oliver Sinisterra (FOS) de Colombia, y junto a dichas organizaciones trafica droga por mar hacia México y Estados Unidos, pero también se dedica al narcomenudeo, el contrabando, la extorsión y los asesinatos por encargo, con presencia en varias ciudades y penitenciarias de Ecuador. Los Choneros han explotado principalmente la ruta de drogas ilícitas del Pacífico, que pasa por Ecuador y concentra el 74% de la cocaína que llega a América del Norte. Sin embargo, desde el 2011, muchos de sus líderes fueron encarcelados, por lo que aprovechando esta condición se convirtieron en una pandilla con fuerte presencia en el sistema carcelario de Ecuador. En los últimos años Los Choneros se han confrontado con sus principales rivales, Los Lobos, y otras bandas pequeñas, tanto en las penitenciarias como en las calles del país.

Los Lobos, es una banda surgida a partir de una escisión de Los Choneros, que se ha llegado a convertir en la segunda organización más importante de Ecuador, con alrededor de 8,000 integrantes. Este grupo está al mando de una federación de pequeñas bandas, entre ellas los Tiguerones, los Chone Killers. Se les vincula con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Frente 48 de Colombia y su principal actividad delictiva es el transporte de cocaína colombiana hacia el norte. Su base de operaciones está en las ciudades de Latacunga, Cuenca y Machala, además de las penitenciarías del país.

Tiguerones, Chone Killers y R7, de menor tamaño que los anteriores, opera en la ciudad de Esmeraldas y cuenta con unos 3,000 o 4,000 miembros en las calles y alrededor de 1,500 en las prisiones. Muchos de ellos también fueron integrantes de Los Choneros y también tienen conexiones con carteles mexicanos y de Colombia. R7 es una banda relativamente pequeña que forma parte de Los Lobos y ha entrado en conflicto con los mismos, por lo que ahora son rivales.

Los Lagartos, que operan principalmente en las cárceles, donde se dedican al asesinato por encargo y también tienen rivalidad con Los Choneros.

Y para complicar más la situación de seguridad en Ecuador, en los últimos diez años se ha dado una creciente presencia de cárteles mexicanos que contratan y se refuerzan con pandillas locales para proteger sus rutas.

Según fuentes de inteligencia, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, supuestamente ya desmovilizadas, son las que abastecen a Los Choneros de cocaína en la frontera, en tanto que el Frente 48, grupo surgido de las mismas FARC y vinculada al comando de fronteras, abastece de cocaína a Los Lobos.

Además de las ya mencionadas, hay muchos más grupos criminales, que el gobierno ecuatoriano ha declarado como organizaciones terroristas:

• Águilas
• Águilas Killer
• Ak47
• Caballero Oscuros
• Chone killers
• Choneros
• Corvicheros
• Cuartel de las Feas
• Cubanos
• Fatales
• Gangster
• Kater Pilr
• Lagartos
• Latin Kings
• Lobos
• Los P.27
• Los Tiburones
• Mafia 18
• Mafia Trébol
• Patrones
• R7
• Tiguerones
En Ecuador los cárteles mexicanos poco a poco han ido extendiendo sus tentáculos no solo en países de Centroamérica, sino también en naciones sudamericanas. Los Pipos, “Tiguerones”, “Chone Killers” y “Lobos”, algunos ligados al CJNG, otros al cártel de Sinaloa, pero tampoco se descarta que puedan pertenecer a otros grupos criminales de México como los Zetas, la Familia Michoacana, y el cártel del Golfo.
Expertos han definido a Ecuador como la “autopista de la cocaína hacia Estados Unidos y Europa”, ya que una tercera parte de la creciente producción de cocaína en Colombia es trasladada a Ecuador y de ahí es enviada a Estados Unidos y Europa.
Los tentáculos del narcotráfico y en general de toda la delincuencia organizada se han vuelto organizaciones transnacionales que amenazan a la seguridad global. Mucho se ha criticado al gobierno de El Salvador por las radicales medidas tomadas para acabar con la plaga de los Maras Salvatruchas, pero sólo así pudo lograrse el control del país y restablecer la paz. Ecuador vive su propia crisis, si bien semejante, con sus propias características, un liderazgo diferente y el desafío de grupos criminales muy diversos claramente apoyados por fuerzas externas, en donde se involucran intereses millonarios, que no descartemos afectan incluso a otros gobiernos.

¿En Latinoamérica este fenómeno se extenderá como un dominó? El narcotráfico ha llegado a dominar de tal forma que ha permeado no sólo en la sociedad, sino en los niveles más altos de los gobiernos y es sin duda un mercado que mueve una gran parte de la economía global. Tomemos en cuenta que sólo el Cártel de Sinaloa maneja el 70% de este negocio a nivel mundial, su poder es muy grande, así que sólo con la acción decidida de gobiernos ajenos a esta industria puede ser posible cortar de raíz el flagelo del narcotráfico. Misión imposible que puede ser una realidad a mediano plazo en este continente.