Por: Rafael García

En 2016, la Administración Federal de Aviación (FAA), de los EUA, declaró que no se pueden utilizar drones cuyo peso sea mayor a 55 libras, por el riesgo que esto significa para las personas. Sin embargo, la innovación ha llegado al sector de las aeronaves no tripuladas, ya que Bloomerg, un vehículo distinto a los demás, promete llegar al uno por ciento de probabilidad de dañar a los peatones.

La FAA, a un año de haber establecido las regulaciones de los drones, realizó un estudio que examinaba únicamente a un drone, Bloomerg, en una prueba de impacto directo al cráneo, utilizando a un muñeco; así, la Administración Federal de Aviación, planea aprobar el uso de estos artefactos cerca de las personas.

Por otra parte, el mismo estudio arrojó que, un drone que pesa sólo 2.7 libras, cuenta con un 13% de probabilidad de causar una grave lesión en el cuello de algún peatón; esto advirtió a la administración de los EUA que debe desarrollar reglas que permitan vuelos estrictos sobre multitudes, incluso, para ser empleado con fines de lucro.

Dichas pruebas fueron realizadas por un centro de investigación de la FAA, mejor conocido como Assure, o bien, la Alianza de Seguridad de Sistemas para UAS, que es un centro de élite para aeronaves no tripuladas, y dirigido por un equipo de la Universidad de Alabama, en Huntsville, y las pruebas de impacto se llevaron a cabo con ayuda de maniquíes de la Universidad Estatal de Wichita, en Kansas.

Asimismo, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), estableció que los usuarios privados que adquieran un drone deberán solicitar un permiso y una matrícula para navegar en el aire, ya que se conocen los riesgos que implican el uso de un vehículo de estas características.

Al igual que las aeronaves normales, la SCT declaró que en caso de cualquier desastre natural, guerra o alteración del orden púbico, esta secretaría se vería obligada a realizar una requisa del artefacto mientras se aclaran y resuelven las condiciones de afectación.