Por: Redacción

El rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, afirmó que la corrupción es motivo de oprobio nacional y, junto con la impunidad, nos anclan en el subdesarrollo y nos impiden progresar.

Al participar en la conferencia sobre el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), aseveró que éste es el mejor de los esfuerzos que han hecho los mexicanos por erradicar esas prácticas en el país.

“A la sociedad mexicana le urge recuperar la confianza en las instituciones impartidoras de justicia. Luchar contra la corrupción fortalecerá nuestra democracia y confianza ciudadana y con esos fundamentos podremos solucionar los múltiples retos que enfrentamos como nación”, subrayó ante el jefe del gobierno de la Ciudad de México y presidente en turno de la Conferencia Nacional de Gobernadores, Miguel Ángel Mancera Espinosa; el auditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal Martínez; el auditor Superior de la Ciudad de México, David Manuel Vega Vera; y representantes de la Asamblea Legislativa.

En el Palacio de la Autonomía, Graue Wiechers se pronunció porque este Sistema, del que se tienen las expectativas más altas, nos conduzca a una nueva cultura de justicia y honestidad.

Estimaciones del Banco Mundial y de la Organización de los Estados Americanos, prosiguió, revelan que la corrupción nos cuesta entre nueve y 10 por ciento del producto interno bruto (PIB). Es decir, 10 de cada 100 pesos generados se pierden en este tipo prácticas.

“Por generaciones, escándalos han inundado las primeras planas de nuestros periódicos y generado una indignación colectiva que ha hecho perder la confianza de los ciudadanos en sus gobernantes”, expresó.

De acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción, que analiza a 176 países, México ocupó el lugar 95 en el año 2014 y el 123, en 2016.

“La corrupción no sólo implica la transferencia de recursos públicos a las cuentas de unos cuantos particulares, va más allá: se manifiesta de diversas maneras y merma nuestra seguridad, la calidad de vida, y atenta contra la dignidad de los ciudadanos. La carencia de la cultura de la honestidad y legalidad ha permeado en nuestra población y a veces parece que nos hemos, cínicamente, acostumbrados a ella”, expuso.

De acuerdo al Barómetro Global de la Corrupción, el 61 por ciento de los mexicanos acepta haber pagado algún soborno a la policía y más del 50 por ciento reconoce haberlo hecho ante alguna autoridad del sistema judicial.

Otro ejemplo es el de la piratería. Aunque la mayoría de los mexicanos reconoce que es negativa para el país, siete de cada 10 dicen haber comprado algún producto pirata, y seis de cada 10 están convencidos de que no es grave.

No obstante, es tan grave que su consumo alcanza hasta 43 mil millones de pesos anuales –poco más del presupuesto anual de la UNAM— y genera la pérdida de 480 mil empleos formales al año.

El consumidor encuentra una explicación sencilla en el ahorro de unos cuántos pesos, y es la misma que, con seguridad, tuvo alguno de nuestros recientes gobernadores detenidos. “Miles de millones de pesos fueron para ellos un: ‘que tanto es tantito’”, expresó el rector.

La corrupción, en cualquiera de sus expresiones, es una lacra que se debe eliminar si queremos progresar, así como la impunidad ante ella, subrayó.

En su oportunidad, el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, indicó que la lucha contra la corrupción es una tarea que se debe llevar día a día, no sólo por las autoridades, sino también por la sociedad y las instituciones educativas.

Resaltó que la reforma para implementar el Sistema Nacional Anticorrupción es de gran calado, pues es necesario modificar instituciones, procedimientos y armonizar leyes. “Nos debe alentar la posibilidad de cambio y la seguridad de que México debe llegar a un mejor sitio”.

Tenemos que acabar con la corrupción y lo lograremos si todos trabajamos en una misma sintonía, “no con colores, no con filiaciones, no siendo protagonistas; se requiere la suma de todos, del esfuerzo conjunto”, remarcó ante diputados locales, federales, auditores externos y otros funcionarios.