Por: Redacción MUGS

 

Rescatar un espacio descuidado —ubicado en avenida Mosqueta, entre las colonias Guerrero y Buenavista—, donde prevalece la inseguridad, fue el proyecto de titulación de Alma Lucía García Martínez, de origen mixteco, y de Karina Peralta Correa, en la licenciatura de Arquitectura.

En el Aula Mario Pani de la Facultad de Arquitectura (FA) de la UNAM y frente a sus sinodales Carlos González Lobo, presidente; Carmen Huesca Rodríguez, secretaria, y Alfredo Toledo Molina, plantearon la importancia de recuperar terrenos urbanos abandonados, en su tesis Relingos urbanos. Centro Juvenil de Arte Urbano en la Colonia Guerrero.

Merecedoras de la mención honorífica por su labor de investigación y desarrollo de una edificación, las jóvenes explicaron que un relingo es un sitio urbano en desuso y susceptible de utilizarse en beneficio de la gente.

Arquitectura para hacer ciudad

En el examen profesional expusieron que la zona a transformar se encuentra en la delegación Cuauhtémoc, la más alta en índice delictivo del Distrito Federal, sin áreas recreativas ni infraestructura de transporte público.

Se trata de un sitio con problemas de drogadicción, delincuencia y decadencia. Sin embargo, es colorido y con gran cantidad de jóvenes necesitados de espacios abiertos a la creatividad.

La superficie a remodelar es un parque localizado en una acera (larga y angosta). Aunque representó un reto por sus características, las egresadas plantearon un rescate a través del arte urbano, donde la promoción al deporte y la cultura tienen cabida.

Su propuesta consistió en crear un edificio multiusos con galería, sala de cine y gimnasio para que los menores de edad tengan en qué ocupar su mente y se alejen de actividades ilícitas.

En todo momento, el proyecto respetó la vegetación, pues el inmueble se posa sobre la banqueta como un techo, deja libre el paso peatonal y es transparente para exhibir su interior, incluidos los árboles ahí ubicados desde un principio.

“La finalidad fue lograr lo improbable: que sea uno de los lugares más bellos para habitar con valor”, afirmó González Lobo.

Enseñanzas aplicadas

Originaria de Santo Domingo Ixcatlán, Oaxaca, Alma Lucía decidió estudiar arquitectura, disciplina que requiere más dedicación que conocimiento para que cada proyecto funcione, aseveró.

“Mis padres emigraron a la ciudad y yo crecí en el DF, donde tuve la oportunidad de formarme profesionalmente, pero en vacaciones siempre regresamos a Santo Domingo para tomar aire y dedicar tiempo a la familia”, comentó.

Al ingresar a la UNAM, descubrió el Sistema de Becas para Estudiantes Indígenas (SBEI), perteneciente al Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC), donde tocó la puerta y fue bien recibida.