Por: Redacción/

Con medidas como la desinfección de inmuebles antes de iniciar labores, adaptación de espacios para respetar la sana distancia, capacitación del personal para brindar servicio con medidas sanitarias, y acceso controlado para mantener el aforo de personas entre 30 y 50 por ciento de la capacidad de los edificios, el Sistema Bibliotecario y de Información de la UNAM (SIBIUNAM) se prepara para la “nueva normalidad”.

La Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información (DGBSDI) presentó las acciones a seguir una vez que se reanuden las actividades en las 134 bibliotecas que integran el SIBIUNAM, en concordancia con los “Lineamientos generales para el regreso a las actividades universitarias en el marco de la pandemia”, presentados el 18 de junio del presente año.

“Es necesario priorizar la bioseguridad en una biblioteca, de nuestro personal, usuarios, proveedores, recursos materiales e infraestructura física y tecnológica; por ello, elaboramos un protocolo que incluya todos los factores propios de una biblioteca y los armonice”, afirmó Elsa M. Ramírez Leyva, directora general de la DGBSDI.

El objetivo del “Protocolo de bioseguridad para la reapertura de las bibliotecas del Sistema Bibliotecario y de Información de la UNAM”, que se aplicará una vez que se levante el confinamiento precautorio, es cumplir con las normas necesarias que contribuyan a garantizar la vida humana, subrayó.

Señaló que el protocolo recomienda que las bibliotecas de la UNAM ofrezcan el servicio de préstamo a domicilio con estantería cerrada y reserva, así el usuario podrá pasar a recoger su libro de acuerdo con los días y horarios establecidos.

En tanto, Verónica Soria Ramírez, subdirectora de Servicios Bibliotecarios de la DGBSDI, indicó que se priorizaron la salud de las personas que están en los edificios de las bibliotecas, la conservación de los materiales y la convivencia “para mantener la salud, la atención y prestación de servicios en las mejores condiciones”.

Lineamientos del protocolo

Ricardo Paquini Vega, responsable del Laboratorio de Restauración y Conservación de Libros y Documentos de esta Dirección, explicó que para concretar el protocolo se hizo una consulta previa a conservadores y bibliotecarios de otros países, con el fin de recabar información sobre cómo adaptar medidas de sanidad en estos espacios.

“El protocolo de bioseguridad está dividido en tres fases: en la primera proponemos la desinfección del inmueble antes de iniciar labores; la segunda implica la adaptación de los espacios, como reubicación de mobiliario para que se respete la sana distancia, instalación de barreras físicas con láminas de acrílico, carteles informativos y señalamiento; y finalmente, la sensibilización del personal para brindar el servicio con medidas sanitarias”, explicó.

También se plantea la distribución de áreas destinadas a la cuarentena del material que se recibirá próximamente, como libros prestados, nuevas adquisiciones, las reencuadernaciones y restauración en tránsito.

Cuando se permita el ingreso de usuarios será de manera controlada para que no se rebase el 50 por ciento de la capacidad del edificio, considerando el personal que labora en las bibliotecas.

El protocolo estará en revisión constante, porque todos los días surge información nueva en torno al SARS-CoV-2, por lo que el documento es susceptible de variaciones, aclaró Paquini Vega.

Durante el confinamiento

Soria Ramírez reiteró que “debemos adaptarnos a esta nueva realidad; es necesario que todos estén informados de las prácticas en cada una de las etapas que la UNAM nos indique, por ello se deben seguir las medidas sanitarias para prevenir los riesgos que provoca la pandemia”.

Tras comentar que antes del confinamiento la Biblioteca Central contaba con un promedio de más de siete mil visitantes al día, indicó que las bibliotecas siguen funcionando, ofreciendo acceso y uso a los recursos digitales.

Se imparten cursos virtuales de competencias para la búsqueda de recuperación, compartición, gestión, presentación y uso ético de la información, servicios de referencia en línea, recepción de tesis digitales y emisión de constancias de no adeudo, además de foros virtuales internacionales y conferencias.

Se abrieron dos clubes de lectura para público infantil, uno llamado “Toc, toc ¿en sus casas?, ¡listos, a leer!”, un espacio virtual que transmite la lectura en voz alta de cuentos y poemas, para incentivar la animación y promoción lectora en niños; y el otro, “Leer Sostiene, Agenda 2030”, con lecturas grabadas para diversas edades.

Finalmente, Elsa M. Ramírez Leyva comentó que la UNAM debe buscar vínculos con diferentes actores sociales, pues las bibliotecas son entes que cierran brechas. “Las personas encuentran en ellas recursos para estudiar, leer, crear e investigar; a la vez, fungen como espacios sociales y a muchos usuarios les agrada sentirse acompañados”.

El Protocolo puede consultarse en: http://dgb.unam.mx/extras/pdf/protocolo/
protocolo-Bioseguridad-Reapertura-SIBIUNAM.pdf