• Con lo que ha sucedido durante esta invasión, el mundo ha podido observar cómo se han cometido infinidad de asesinatos contra la población civil.

Por: María Manuela de la Rosa A./

El presidente norteamericano Joe Biden pidió reunir pruebas contra Vladimir Putin para ser juzgado como criminal de guerra, ante la evidencia de las masacres perpetuadas por soldados rusos en la localidad ucraniana de Bucha y recordó que a mediados de marzo ya había calificado al premier ruso como criminal de guerra, por lo que fue muy criticado.

Con lo que ha sucedido durante esta invasión, el mundo ha podido observar cómo se han cometido infinidad de asesinatos contra la población civil, que no sólo ha sido masacrada, sino que ya los medios internacionales dieron cuenta que antes de ser ejecutados, muchos civiles indefensos fueron cruelmente torturados, lo que ha hecho recordar las atrocidades que cometió en su momento Josef Stalin en 1939 al comienzo de la II Guerra Mundial, cuando la URSS invadió Polonia capturando a unos 22,000 soldados, que el ejército rojo masacró en la aldea rusa de Katyn. Los torturaron y ejecutaron con un tiro en la nuca, también en la espalada, totalmente a traición. Es lo que ha sucedido ahora en Ucrania, como si se tratara de seguir el guión sacado de un viejo baúl. Vladimir Putin sin duda es resabio de un adoctrinamiento que le ha calado hasta la médula, por lo que sin el menor recato, con absoluta frialdad, ha instruido para que la tragedia se repita.

Y no podemos olvidar que también en 1944 y 1945, en plena posguerra, el ejército soviético fue el responsable del llamado genocidio prusiano, donde acabaron con poblaciones enteras que torturaron, violando mujeres, ejecutando a la población civil, que también dejaron morir de hambre. Baste mencionar la arenga propagandística soviética que decía “¡Maten! ¡Maten! En la raza alemana no hay nada aparte de mal…. Rompan el orgullo racial de esas mujeres alemanas, tómenlas como su despojo legal. ¡Maten! Cuando su asalto avance, ¡Maten! Ustedes, bravos soldados del ejército rojo”.

Por lo visto Vladimir Putin pretende destruir completamente Ucrania para apoderarse de ese apetecible territorio que tiene grandes riquezas; pero sobre todo, una posición estratégica inigualable, ya que ganaría pleno acceso al Mar Negro, por el cual no sólo se puede comerciar, sino fortalecer la Armada rusa; pero, además, sería una barrera contra occidente, de lo contrario y si Ucrania se adhiriera a la OTAN, la frontera rusa quedaría vulnerable por el fácil acceso de tropas del Tratado del Atlántico y estarían a sólo 640 kilómetros de Moscú.

Por otra parte, Ucrania era llamada también La Pequeña Rusia en la época de los zares y forma parte de la historia fundacional del imperio ruso. Hay un proverbio que data del S. IX que dice “no puede haber un imperio ruso sin Ucrania”.

Ucrania asimismo es el paso hacia el Oriente. Putin está decidido a quedarse con todo este territorio y pese a las múltiples sanciones de los países europeos y de los Estados Unidos, no ha dado marcha atrás.

El Jefe de Estado Mayor Conjunto norteamericano, general Mark Milley, durante su reciente comparecencia ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes señaló que las amenazas tanto de Rusia como de China siguen siendo significativas y la invasión rusa a Ucrania constituye la mayor amenaza para la paz y la seguridad de Europa y tal vez de todo el mundo, ya que el mundo se enfrenta a dos potencias mundiales con importantes capacidades que pretenden cambiar las reglas del actual orden mundial. Opinión que no se puede tomar a la ligera, tratándose de un general de ese nivel, con la información que posee y que seguramente es el resultado de un profundo análisis de gabinete que los estrategas militares están realizando con el seguimiento de los acontecimientos, por lo que la situación realmente es preocupante.

China por su parte sigue apoyando de manera subrepticia a Rusia, no sólo porque mantienen ideologías similares, aunque no iguales, sino porque conviene a sus propios intereses para fortalecer su hegemonía, teniendo como aliado a un poderoso vecino. Y lo hace en silencio puesto que sus intereses comerciales en todo el mundo podrían ser afectados si su posición en este conflicto fuera totalmente abierta.

Por otro lado, hay que tomar en cuenta que en el mudo se producen aproximadamente 2,800 millones de toneladas de cereales. Rusia produce 117 millones y Ucrania poco más de 65. Con la guerra se han dejado de producir 182 millones, que equivalen al 6.5% de la producción mundial. Rusia es el segundo productor de gas natural del mundo con 673,200 millones de metros cúbicos, que constituyen el 16.83 % del total mundial.

Rusia es el tercer país productor de petróleo, el 19.64 % de la producción mundial.

Respecto a la producción de leche, que es de unos 843 millones de toneladas, Rusia ocupa el séptimo lugar; produce 30.6 millones, esto es, el 3.55%. Además es el cuarto país productor de carne del mundo con 10.6 millones de toneladas, que representan el 2.9%.

Es importante mencionar que respecto al uranio, principal materia prima de los reactores nucleares, Kazajistán produce el 41%, Uzbekistán el 7%, Rusia el 6% y Ucrania el 2%. Y hay que mencionar que Kazajistán tiene fronteras con China y Rusia, una posición de importancia eminentemente geoestratégica, lo mismo que Uzbekistán, al sur de ésta, por lo que resultan de gran interés tanto para Rusia como para China, que durante esta guerra se ha mantenido en una posición notablemente marginal, pronunciándose sólo a nivel diplomático para descalificar las acciones de Rusia contra Ucrania, una actitud propia de un aliado militar, político, pero sobre todo, de un socio comercial, puesto que los intereses comunes no se pueden ocultar.

China es el primer productor de cereales del mundo; el 5º. Productor de petróleo; el 4º. Respecto a la leche; el primero en carne; pero no figura para nada en la producción de uranio.

Por su parte, Estados Unidos se mantiene a la cabeza casi en todo, pero respecto al uranio tampoco figura. A este respecto, México tiene importantes reservas en el sureste.

La toma de decisiones en esta guerra es crucial para el logro de la paz, aunque ya hay rumores de una posible hambruna por esta crisis que no parece tener fin en el corto plazo, aunque el mundo entero se ha manifestado en apoyo de Ucrania, los líderes mundiales tienen en sus manos el futuro del mundo. Y no hay muchas esperanzas de que gane la sensatez, a menos de que logren poner en alto riesgo al presidente ruso para que ceda.