Por: Luis Fernando Meneses

En el mundo del fútbol, existen jugadores que por complicadas historias de vida superadas, o grandes éxitos cosechados nos dan lecciones todos los días, que son tomados como ejemplos a seguir, como muestra de fortaleza, disciplina y empeño.

Sin embargo, hay otro tipo de lecciones, aquellas de las que no debemos sus pasos pero sí aprender de su rumbo. Un ejemplo, es aquella enseñanza que nos dejó Junior Malanda, un jugador belga con un gran futuro arruinado el 10 de enero del 2015 por un accidente automovilístico.

Desde niño estaba decidido a practicar fútbol y aunque empezó a entrenar desde 2003, debutó hasta 2011.

Su primer club fue el Lille OSC II, con quien disputó 17 partidos y marcó en una ocasión.

De 2012 a 2014, el club belga Zulte Waregem le dio la oportunidad y participó en 66 encuentros, logrando 8 goles.

Finalmente, el VfL Wolfsburgo se hizo de sus servicios desde el 2014 hasta el pasado 10 de enero. Durante ese tiempo, disputó 23 compromisos y alcanzó apenas un par de goles.

La trágica noche de hace un año, el joven de 20 años, el fútbolista iba en una camioneta con dos acompañantes, uno de ellos el conductor. Debido a conducir con exceso de velocidad y  las mala condición climática, pues llovía, hicieron el que carro se patinara hasta finalmente estrellarse, sin embargo, Malanda cometió un grave error: no usar el cinturón de seguridad.

Peritos alemanes aseguraron que tras chocar con un árbol, el joven salió disparado por la parte trasera del vehículo, muriendo al instante.

Este es un caso representativo de los cientos de accidentes automovilísticos que terminan con un final trágico por no usar el cinturón de seguridad mientras se conduce.

Los accidentes suceden sin previo aviso. No se fija en razas, posición económica o social, nacionalidad o profesión. Así que de ahora en adelante piensa en la joven promesa Junior Malanda, que no usó el cinturón de seguridad cuando debió.