Por: Redacción/

La universidad pública debe ser el laboratorio del arte contemporáneo y el espacio de exposiciones críticas y experimentales, consideró Carlos Aguirre Pangburn, uno de los artistas más prestigiados de la escena mexicana, durante un conversatorio sobre su obra en la Galería Metropolitana de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Con una trayectoria de más de 40 años, el creador sostuvo que las instituciones encargadas de la cultura en el país son muy conservadoras y poco abiertas a propuestas que abordan los problemas sociales, la política y la violencia en México.

En este panorama es donde los museos y las galerías universitarias deben tomar la estafeta y ofrecer al público obra referente “a la nación compleja que habitamos, tomando como punto de partida los nuevos lenguajes del arte, sobre todo porque estamos trabajando para la gente joven, es a ella quien debemos ese tipo de exposiciones” apuntó.

Para el también académico del Departamento de Síntesis Creativa de la Unidad Xochimilco de la UAM, el artista es un observador y su entorno es su materia de trabajo. “Lo que está sucediendo con este México convulso es mucho más fuerte que todo lo tenga que ver con la estética”, las problemáticas del día a día “dan muchos materiales interesantes para trabajar, más que ponerte a elaborar trabajos relacionados con la composición y el color”.

Pilar García, curadora de acervo artístico del Museo Universitario de Arte Contemporáneo, quien comentó la obra de Carlos Aguirre a partir de la exposición Zona de riesgo, una retrospectiva del artista montada en 2015 en el Museo de Arte Moderno, resaltó la “tensión constante en su obra que refiere a la política y a los conflictos sociales”.

Desde finales de los años 70 del siglo pasado Carlos Aguirre ha abordado varios de los episodios más sórdidos de la historia del país: la Revolución Mexicana, el presidencialismo, la guerra sucia, el Tratado de Libre Comercio, las contiendas electorales, el narcotráfico y la contaminación ambiental.

Para ello utiliza las más diversas técnicas y materiales –es allí donde radica la riqueza plástica de su producción–: impresión, dibujo, modelado, ensamblaje, fotografía, diseño gráfico digital; material vegetal, sierras eléctricas, objetos encontrados en la calle, el discurso político, pulmones y cerebros. Todo con el propósito de construir una obra que enfrente al espectador con su realidad.

“Trabajo mucho con inspiración, hago uso de la semiótica para saber cómo mostrar un hecho. Laboro en tres niveles: el concepto, que es lo que se quiere decir, el lenguaje que utilizas y las técnicas y los materiales para hacerlo”, señaló Aguirre Pangburn.

El artista comparte su gusto por observar el efecto de sus piezas en el público y pide no colocar fotografía suya en la sala para pasar desapercibido: “no les pregunto, me agrada ver el afecto atracción-atención, si no atraes la vista del espectador no funciona, si desde lejos decodifican la pieza la van a saltar; pero si tienen que hacer un esfuerzo, acercarse a ella, incluso tocarla, sí vale la pena”.

Carlos Aguirre presenta la obra Paisaje mexicano dentro de la muestra colectiva Adiestrar el presente, la cual reúne las piezas más destacadas de arte contemporáneo del acervo artístico de la UAM. Exhibición en la que comparte créditos con Marcela Armas, Enrique Ježik, Víctor Sulser, Marcos Kurtycz y Sector Reforma, y estará abierta hasta el 28 de abril en la Galería Metropolitana.