Por: Redacción

¿Qué es lo que nos pasa cuando vamos a ver la lucha libre? A partir de esta interrogante el escritor, dramaturgo y narrador Ricardo Guzmán Wolffer realizó una investigación que derivó en el libro Lucha libre: sin límite de sangre.

La publicación (Ediciones B, 180 páginas), que incluye numerosas fotografías a cargo de José Francisco Camacho Ruiz, se presentará este miércoles 12 de julio, a las 19 horas, en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

De acuerdo con su autor, “desde los códices prehispánicos, la sangre es a los mexicanos como las hamburguesas para los gringos, el Nilo para los egipcios, el vino para los franceses o el tango para los pibes: algo que nos define, pero que nos repele. Al mexicano le encanta ver sangre, mientras no sea la propia; más cuando ésta significa algo: ya sean las muertes floridas, la lucha entre invasores e invadidos, la muestra de que somos capaces de entregar todo antes que la tierra…”

En Lucha libre, sin límite de sangre, este deporte-espectáculo transita entre la cultura, show, sangre y desahogo, que puede crear mitos y derribar ídolos, pero también plantea la eterna metáfora del bien contra el mal que todos llevamos dentro.

Incluye varias entrevistas con especialistas en la lucha libre, tanto deportistas, periodistas y analistas, así como las luchas más sangrientas de este deporte-espectáculo de enorme tradición en nuestro país.

Ricardo Guzmán Wolffer explicó que uno de los principales propósitos principales del libro es tratar de reflexionar sobre lo que le pasa a una persona cuando asiste a una función de lucha libre sangrienta y, por otro lado, lo que sucede en la mente de sus protagonistas.

Por ello, consideró que este título le puede gustar a quien nunca ha ido a la lucha libre e incluso a quien la repudia debido a que invita al lector a ir más allá de lo luchístico y reflexionar en su vida cotidiana y su quehacer social.

“Es un libro en el que lector termina por reflexionar sobre sí mismo. Es un ensayo sobre lo más humano de la lucha libre, y lo más humano de cualquier fenómeno es la autoreflexión y el autoconocimiento, la búsqueda de conciencia a partir de lo que nos sucede”.

Señaló que hay personas que consideran que en esta disciplina todo es actuado, sin entender el fenómeno que se desarrolla entre la historia personal de cada uno de los luchadores y la interpretación colectiva que hacen los aficionados.

“El hecho de ver un luchador ensangrentando evidencia que algo real está sucediendo, le convenza a uno todo lo demás o no. Cuando hay sangre, uno simplemente se conecta con ella. Esa conexión con el espectáculo de la sangre sucede tanto en el público como en los propios luchadores”.

Para Ricardo Guzmán Wolffer, a través de los nombres, los atuendos y los diseños, los luchadores simbolizan la lucha eterna entre el bien del mal, pero no en sentido estricto.

“El fenómeno de la lucha toca lo inconsciente, lo social y partes muy profundas del espectador, pero es necesario concientizar lo que está sucediendo para comenzarlo a entender”.