Por: Redacción

El escritor e intelectual barcelonés Juan Goytisolo Gay (1931), distinguido con el Premio Miguel de Cervantes de las Letras en 2014 por su capacidad indagatoria en el lenguaje y propuestas estilísticas complejas desarrolladas en diversos géneros literarios, falleció este 4 de junio en Marrakech, Marruecos, a la edad de 86 años.

En su cuenta de Twitter, la titular de la Secretaría de Cultura federal, María Cristina García Cepeda, recordó el vínculo que el escritor mantuvo con nuestro país: “Recíprocos lazos de afecto unen a México con la obra y la vida de Juan Goytisolo, y su anhelo de diálogo entre culturas. En paz descanse”.

Goytisolo fue autor de una extensa y variada obra narrativa y ensayística, prohibida en España por la censura franquista desde 1963. Abordó géneros como el reportaje, la literatura de viajes o las memorias. El escritor mexicano Carlos Fuentes lo consideró el novelista más destacado de la España contemporánea.

Entre los libros que escribió quien fuera considerado el mejor novelista español vivo de comienzos del siglo XXI, están: Juegos de manos, El circo (trilogía de El mañana efímero), Pueblo en marcha: tierras de Manzanillo, las novelas Señas de identidad, Juan sin tierra, La cuarentena, Paisajes después de la batalla, La saga de los Marx, Argelia en el vendaval, El sitio de los sitios y Las semanas del jardín.

El fallecimiento de su madre en 1938, cuando él tenía 7 años, por un bombardeo durante la Guerra Civil, marcó su infancia y toda su vida, lo que algunos especialistas en su obra relacionan con su constante rechazo al franquismo y a la España tradicional en general.

En 1948 ingresó en la Universidad de Barcelona, en la que comienza la carrera de Derecho con la intención de convertirse en diplomático. Durante su época universitaria descubriría la literatura contemporánea y manifestaría inequívocamente su ateísmo.

En 1956 se trasladó a París, donde conoció a la que sería su esposa Monique Lange y comenzó a trabajar como asesor literario de la editorial Gallimard, dedicándose luego a la docencia en las universidades de California, Boston, Nueva York, entre 1969 y 1975.

Si bien su afición literaria le animó a escribir novelas desde los catorce años, su primera obra publicada, Juegos de manos, data de 1954, fecha en que abandonó la universidad.

Sus primeras novelas se inscriben en las tendencias del realismo social de los cincuenta, destacaba su pensamiento anti burgués. En su segunda etapa abandonó el realismo de su periodo anterior e incluyó nuevas técnicas de la novela moderna. Escribió Señas de identidad (1966), la Reivindicación del conde don Julián (1970), que aborda el exilio, y Juan sin tierra (1975).

Desde finales de los años sesenta su pasión por el mundo árabe se integró en sus creaciones hasta convertirse en elemento fundamental de su obra, especialmente de la ensayística: El problema del Sahara (1979), Crónicas sarracinas (1981) y Estambul otomano (1989), así como en la novela Makbara (1979).

Publicó artículos en la prensa española, en particular en El País, para el que fue corresponsal de guerra en Chechenia y Bosnia. Fue un crítico de la civilización occidental, a la que contempló desde una óptica periférica. Desde la muerte de su esposa, Monique Lange, en 1996, fijó su residencia en Marrakech, Marruecos.

Su humor e ironía aparecen en la novela Paisaje después de la batalla (1982) y en la autobiografía Coto vedado (1985), donde ofrece testimonio de sus relaciones con los escritores de la escuela de Barcelona.

Otras obras suyas son Las virtudes del pájaro solitario (1988) y La cuarentena (1991). Sus artículos periodísticos fueron recogidos en Disidencias (1977) y en Contracorrientes (1986).

Recibió distintos reconocimientos internacionales, entre ellos el Premio de Ensayo y Poesía Octavio Paz (2002) y el Premio Juan Rulfo (2004). También recibió el Nacional de las Letras, el Premio Formentor, el Europalia de Literatura, el Rachid Mimumi de París a la tolerancia y a la libertad, y el Nelly-Sachs (Dortmund, Alemania, 1993). Siempre lamentó que la mayoría de los premios se le fueron otorgados fueran de España.

En 2012, Juan Goytisolo afirmó que dejaba la narrativa para siempre: “Es definitivo. No tengo nada que decir y es mejor que me calle. No escribo para ganar dinero ni al dictado de los editores”.

En alguna ocasión rememoró la importancia que tuvo México en la publicación de sus primeros libros, cuando el régimen franquista lo tenía censurado por su pensamiento crítico. En 2014 fue el presidente del Jurado del Premio Internacional Carlos Fuentes.

Además de su labor estrictamente literaria, Goytisolo fue un intelectual influyente, colaborador habitual en prensa y crítico del mundo contemporáneo.