Por: Redacción/

Con el concierto De mitos, cuentos y leyendas, realizado en el Palacio de Bellas Artes este domingo 6 de agosto, la Orquesta Sinfónica Infantil de México (OSIM) cerró con broche de oro su 26ª Gira Nacional que este año incluyó cinco conciertos en los estados de México, Hidalgo y Guanajuato, además de la Ciudad de México.

Un total de 122 niños y jóvenes, procedentes de diversos estados del país, participaron este año en la OSIM y desplegaron toda su energía y virtuosismo en su último concierto, con la dirección de Eduardo García Barrios, titular del Sistema Nacional de Fomento Musical de la Secretaría de Cultura.

De mitos, cuentos y leyendas presentó un repertorio ecléctico, que al final se convirtió en una magna celebración musical, con piezas del repertorio clásico pero también con obras nuevas, pues en esta gira se realizó el estreno mundial de Escenas sinfónicas de Addi Corpus, ex integrante de la OSIM.

Eduardo García Barrios destacó que a 16 años de existencia de la OSIM, año tras año esta iniciativa fortalece sus líneas pedagógicas que implican el rigor académico y artístico, así como un campamento donde los participantes trabajan entre ocho y nueve horas diarias, pero que también fomenta la convivencia entre ellos, todo con el fin de crear artistas de verdad.

El recital justamente inició con Escenas sinfónicas, obra del joven compositor que está llena de potencia, con ritmos mexicanos y de tintes épicos y partes de gran belleza armónica.

Después, los miembros de la OSIM demostraron su gran profesionalismo y maestría en la interpretación de tres piezas relacionadas con diversos mitos.

Una noche en la árida montaña de Modest Mussorgsky con su lamento de incisivos violines y su quejido doloroso en un solo de clarinete; el misterio del mito cubano de la culebra Sensemayá de Silvestre Revueltas, pieza cargada de intensidad y Marte, el portador de la guerra de Gustav Holst, con sus tambores de tonos lúgubres y un solo de tuba barítono, integraron el segundo bloque del concierto.

El tercer acto estuvo dedicado a los cuentos y leyendas, primero con la Danza ritual del fuego de Manuel de Falla de tintes gitanos del sur de España que invocaba al amor, a la magia y al fuego como un espíritu renovador y después con la Obertura de la ópera Guillermo Tell de Gioacchino Rossini, de tonos románticos y oscuros que culmina con la ya célebre cabalgata de El llanero solitario.

Pero quizá lo mejor de este programa ecléctico donde los asistentes pudieron viajar a otros lugares y tiempos gracias al poder de la música, fue el encore, donde los miembros de la OSIM dieron muestra de talento, primero con Bacchanale de la ópera Sansón y Dalila de Camille Saint-Saëns, pieza de tonos orientales donde la orquesta lució con toda su intensidad, bajo la batuta de Roberto Rentería, coordinador general de la OSIM.

El ritmo y sabor llegaron con Mambo de Leonard Bernstein y después un popurrí de mambos que los integrantes de la OSIM, interpretaron al tiempo que hacían simpáticas coreografías, todos ataviados en negro, con cintas verde, blanco y rojo que, al finalizar el concierto, lanzaron al aire en medio de efusivos aplausos.

Luego de casi dos horas de concierto, Eduardo García Barrios agradeció a todo el equipo de la OSIM, así como al Palacio de Bellas Artes que cada año abre sus puertas a estos niños y jóvenes músicos y a la Secretaría de Cultura que impulsa este proyecto.