Por: Yunuen Torres/

Curadores del Museo Británico de Londres, señalaron que la pintura “El grito” – pintada en 1893 por el noruego Edvard Munch, ubicada en la Galería Nacional de Oslo – realmente no representa a un hombre gritando.

Al ver esta obra, se resaltan colores cálidos y negros arremolinados, dos personas a la lejanía y como objeto principal, se observa a un hombre con las manos en la cabeza y la boca abierta dando un grito desesperado, a pesar de su expresión, se acaba de revelar que realmente la pintura no se encuentra dando un grito.

Giulia Bartum, curadora de la próxima exposición “Edvard Munch: love and angst ” explicó que esta obra de arte es un reflejo emocional del autor, el cual detalla en la descripción de litografía en blanco y negro de la pintura: “Sentí un gran grito en toda la naturaleza”; por lo tanto, lo que se observa es una persona cubriendo sus oídos evadiendo el grito.

Ahora sabemos, que lo que el artista intentó interpretar realmente, era la emoción y desesperación que sintió en ese momento.