Por: Alfredo Maza

Un grupo de científicos del Instituto de Energías Renovables (IER) propuso modificar la estructura de los invernaderos para que sirvan como secadores solares de alimentos, flores y plantas medicinales y así preservar la mayor parte de sus propiedades, afirmó Isaac Pilatowsky miembro de la misma organización.

El universitario indicó que se pretende llevar esta tecnología al campo, para lo cual es necesario “estudiar caso por caso”, debido a que influyen variables como la calidad del aire, humedad, radiación solar, qué producto es y cuándo se cosecha, pues su objetivo es funcionar todo el año y aprovechar la mayor cantidad de invernaderos, que actualmente se encuentran en un 75 por ciento abandonados, afirmó.

El método que consiste en sistema de “cortinaje”, construido con lonas flexibles que se cierran para redirigir el aire a determinadas secciones y así crear túneles de secado de manera rápida, pretende captar y acumular la energía solar que puede ser utilizada como un útil secador y así establecer las condiciones adecuadas para mantener la calidad de los productos.

Con este sistema, se planea fomentar la creación de agroindustrias para desarrollar productos derivados de frutas y verduras que ya no se pueden comercializar; sin embargo, el problema es que en México no existe una norma que indique los componentes y calidad que deben mantener los productos, por lo cual no se exportan e inclusive en México “los productores lo tiran para mantenerlo a un precio, pues no saben cómo manipularlo para su conservación”.

La finalidad del proyecto, afirmó el académico, es llevar la energía solar a un nivel más productivo, con control de calidad para que los productos puedan ser exportables. “Tenemos más del 45 por ciento de pérdidas en alimentos porque no tenemos capacidad de almacenamiento ni transporte adecuado, o por especulación”, aseveró.

Hasta el momento, los alimentos que han podido deshidratar son plátanos negros en hojuelas, jitomate y calabaza.