Autor Arnulfo Roque Huerta

Las redes sociales siempre dan de qué hablar, se han convertido en un importante medio de libre opinión aunque no siempre con opiniones atinadas; han tomado niveles importantes de credibilidad y se han posicionado como la primera opción  para enterarse de lo que ocurre en el mundo. Del mismo modo han permitido que mucha gente encuentre por dicho medio la oportunidad de tener sus cinco minutos de fama, haciendo viral alguna acción, decisión o modo de pensar que generalmente pueden ser faltos de moral, entendimiento e inteligencia.

Hace unos días una chica de dieciséis años haciendo uso de la libertad de expresión subió un video a las redes donde informaba su decisión de abandonar la escuela preparatoria, argumentando que era presa de “un sistema retrógrada” donde los profesores se creen mucho (ella usó palabras inapropiadas) y asegurando que no es necesario estudiar para lograr lo que quieres, así mismo lanza una pregunta retórica ¿Por qué no empezamos a hacer lo que queremos desde ahora? y remata diciendo que si logró “despertar” a alguien le es suficiente y sino pues que ya de último logró desahogarse.

Un alumno me pidió mi opinión sobre esta chica y su mensaje: primeramente sigo impresionado por la capacidad de hacer viral este tipo de videos y la importancia que se les da, por otro lado estoy completamente en desacuerdo con su decisión y aún más con sus argumentos pues habla de un sistema retrógrada cuando debiera entender que es mucho más retrograda dejar el colegio cuando tanta falta te hace, es más retrograda creer que no es necesario prepararse para crecer y madurar.

Ahora preguntémonos qué sería de la sociedad si los jovencitos hicieran su voluntad como la chica del video recomienda, que sería de ellos si alguien no estuviese allí para guiarlos, para ayudarlos a tomar decisiones y más aún cuando cada decisión trae una consecuencia y marca su futuro. Es obvio que el joven requiere del consejo de padres y maestros, los cuales no se creen mucho y no intentan minimizar a los jóvenes, sino por el contrario son capaces de externar un consejo pues tienen mayor conocimiento, experiencia y preparación.

Sé que la chica es joven, sé que cómo ella lo aseguró logró desahogarse, pero también sé que su mensaje no despierta a nadie sino por el contrario, nos muestra que la que se encuentra dormida es ella, pues la palabra despertar en el contexto que ella usó, es hacer que una persona perciba que está siendo engañada o está equivocada y es así como ella vive, equivocada pues no comprende que la escuela no solo es su mejor opción sino un privilegio y una oportunidad para ser mejor cada día.

Hoy es indispensable que el estudiante pueda comprender que la escuela no solo se trata de materias, evaluaciones, diplomas y certificados, sino también crecimiento, preparación, madurez, socialización y porque no, diversión. La escuela ofrece a los alumnos la oportunidad de ser cada día mejores, de conocer gente, de volverse competentes, de adquirir conocimiento y retroalimentarse con sus compañeros.

Dejar la escuela en cualquier nivel, es renunciar a la lucha de vivir en un país mejor, es dejar a la suerte lo que depende del esfuerzo, es darse por vencido en una lucha que ya está ganada, es dejar que la mediocridad se enseñoree de las personas y que el éxito se aleje cada día más, es simplemente conformarse al fracaso, a la ignorancia y a la falsa idea de que no se necesita la educación.

Albert Einstein creó una frase excelente que dice: “Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber.”

Si alguien con el saber que ostentaba este hombre recomienda el estudio como algo bello yo voto por ello, pues él mostró a través de todos sus logros que estudiar es la mejor decisión y la opción más prometedora para lograr un mejor país.