Por: Redacción/

La animación digital es una amalgama de todas las técnicas originales tradicionales cuya evolución ha ido de la mano desde los primeros esfuerzos a finales del siglo XIX, hasta lo que “hoy vemos en el cine, la televisión o la Internet que es resultado de aquellas innovaciones que dieron origen a los dibujos animados y al stop motion creado con marionetas”, sostuvo el maestro Roberto Antonio Padilla Sobrado.

Al ofrecer la conferencia La animación digital: entre el arte y la tecnología como parte de la Décima Semana de la Cultura Digital realizada en la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el académico del Departamento de Síntesis Creativa refirió que ese proceso surgió a finales del siglo XIX con la invención del cinematógrafo y se desarrolló de diferente forma en América que en Europa.

“En nuestro continente había una marcada tradición de los dibujos en tiras cómicas, los cuales se proyectaban en el cinematógrafo”; en Europa del Este hacían uso de los teatros de marionetas y al proyectarlos con el cinematógrafo, comenzó la animación en stop motion, dando movimiento a los objetos a través de fotogramas.

La primera película animada se hizo en 1917, una producción argentina con dibujos a mano de Quirino Cristiani, pero no hay registro porque se destruyó en un incendio. La primera cinta animada de la que sí se tiene registro es de 1926 y la dirigió una mujer alemana llamada Lotte Reiniger.

El largometraje, de más de una hora de duración, fue realizado en stop motion a partir de recortes en cartulina tipo sombras chinescas y le tomó a la cineasta dos años terminarlo.

En Estados Unidos empezaron a desarrollarse técnicas de efectos especiales, Willis O´Brien, por ejemplo, es el creador de los efectos visuales en la película original de King Kong de 1933 y a la par se desarrolla el llamado matte painting, que consiste en pintar un vidrio para crear una escenografía.

La evolución continuó con la introducción de las hojas con acetatos, es decir, la utilización de micas transparentes, en un proceso que comenzaba con el trabajo en papel, la calca en el acetato, el entintado y coloreado, todo manipulado con guantes para no dejar marcas de huellas digitales. La animación digital retoma hoy en día todas estas técnicas.

Más adelante se desarrolló el rotoscopio, inventado y utilizado por los hermanos Fleischer, que permitía copiar personajes animados sobre imágenes reales proyectadas; esta técnica se popularizó rápidamente y se incorporó en largometrajes y cortometrajes de animación, como la primera película de Superman, de la cual se valen actualmente para los efectos visuales digitales, sobre todo aplicados al cine.

Walt Disney hizo avances significativos en el diseño de personajes y adaptó el technicolor a la animación en 1932 y cuando surgió la televisión, ésta se valió de las tecnologías hasta entonces existentes, ahí aparecieron William Hanna y Joseph Barbera (Hanna-Barbera) que inventaron en 1957 la animación limitada aplicada a la pantalla chica, lo que conlleva la adaptación de las narrativas animadas a una duración de 20 minutos.

El diseño gráfico también cobró relevancia en el cine por el diseño de títulos para películas y estableció nuevos lenguajes visuales combinando animación, tipografía y color, que darían pie a una disciplina que crecería en todo el mundo.

En la década de 1980 se aprovecharon las nuevas tecnologías de cómputo para hacer animaciones, aunque aún prevalecían las formas analógicas de producción. Se desarrollaron programas de pintado electrónico, que eran sistemas para dibujar y pintar en forma digital; el modelo Paint Box fue el más popular y el más imitado, y evolucionaron para dar pie a los programas de dibujo en mapa de bits y posteriormente a los programas vectoriales, como el photoshop y el ilustrator.

La animación 3D se desarrolla al margen de las anteriores tecnologías y se ha convertido en la técnica comercial más popular. La incorporación de software especializado para la captura de animación permite agilizar el proceso de producción; los softwares de modelado 3D y el uso de impresoras 3D permiten imprimir caras con expresiones diferentes y objetos para sus escenografías, sustituyendo los procesos de modelado tradicional, moldes y resinas.