Por: Redacción/

La Agencia de la Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) investiga la expulsión de refugiados y solicitantes de asilo de un centro de detención en Papúa Nueva Guinea, gestionado por Australia hasta su clausura el 31 de octubre.

Unas imágenes publicadas este viernes, muestran que los guardias de seguridad los golpearon con barras de metal para obligarlos a salir.

El gobierno australiano asegura que ha desalojado a las 328 personas que ocupan el centro.

ACNUR ha recibido informaciones de que varios hombres que siguen dentro del centro están gravemente heridos.

“Hay un gran riesgo de que la situación en la isla de Manus se deteriore aún más y se haga más daño a seres humanos extremadamente vulnerables”, dijo el representante regional de la Agencia, Thomas Albretch.

El equipo de la Agencia en la isla de Manus continúa verificando los hechos e intentando establecer el número de refugiados y solicitantes de asilo que permanecen en el centro de procesamiento regional, así como en otros lugares a los que se les ha trasladado.

ACNUR denunció el pasado martes la situación “muy grave” de cientos de refugiados que no disponen desde hace tres semanas de alimentos ni de agua potable.

Desde 2013, Australia ha pagado a Papúa Nueva Guinea, para que albergue a cientos de inmigrantes capturados en el mar cuando intentaban llegar a sus costas. Sin embargo, el gobierno australiano decidió cerrar la instalación y retirar a su personal de apoyo el pasado 31 de octubre.

Muchos de los internos en Manus y Nauru han huido de conflictos como los de Afganistán, Darfur, Pakistán, Somalia y Siria.