Por: Mugs redacción

Como parte de Día Internacional de la Alfabetización, que se conmemora este 8 de septiembre, Ana Laura Gallardo Gutiérrez, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM, informó que  cerca del 61 por ciento de los alumnos de primaria no puede comprender el mensaje de un texto, aunque sepa decodificarlo, de acuerdo con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

Comentó que aprender a leer y a escribir ha sido una consigna desde el México Revolucionario; en 1910 el analfabetismo era del 74 por ciento, y para 2010, según datos del INEGI, estamos en menos de seis por ciento. No obstante, aclaró Gallardo, “ese seis por ciento es proporcional a la población actual del país; en números hablamos de casi seis millones de personas, cuando en 1910 la densidad poblacional era mucho menor”.

Además, dijo que entre los años 2000-2010 disminuyó de 9.5 a 6.8 por ciento; sin embargo, esta reducción es insuficiente para superar la meta del cinco por ciento propuesta por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) para este año.

Reveló que la baja calidad en educación se debe a que los contenidos de los programas son poco pertinentes, pues la enseñanza sigue siendo tradicional. A pesar de las reformas curriculares en la educación básica, no se ha logrado impactar en la práctica de los docentes, subrayó.

“Uno de los factores que propician la mala calidad de la educación es la falta de reconocimiento a los profesores como trabajadores intelectuales, pues se les asigna un papel meramente de ‘aplicador’ de los programas educativos, los cuales, además, no ofrecen las herramientas y métodos que los docentes necesitan para lograr mejores aprendizajes: es una encrucijada”, apuntó.

“Se deben reorganizar los contenidos respectivos en su relación con la sociedad en la que vivimos. Por ejemplo, los más altos índices de analfabetismo en el país se concentran en Chiapas, Guerrero y Oaxaca, con 20, 18 y 15.3 por ciento respectivamente, porque el sistema no está hecho para las poblaciones indígenas, al contrario, está pensado para homogeneizar y conformar una identidad nacional, pero esta máxima ha cambiado, incluso constitucionalmente.

“Aun así, los contenidos perpetúan la ilusión de que la identidad nacional es que todos debemos aprender lo mismo, pero sucede que lo nacional en nuestro país es inequívocamente la diversidad, de ahí el fracaso de las políticas en ese ámbito”, resaltó.

Por último, Gallardo Gutiérrez insistió en que las nuevas tecnologías sí influyen en la alfabetización, pero no de mala manera. “Una de las cosas que han permitido es el acercamiento a la cultura escrita, lo que ha causado cambios en el mismo lenguaje, como la contracción de palabras, y ha modificado la forma en la que tradicionalmente aprendemos”.