Por: Redacción

Serie especial de Hiroshima, ciudad donde los deportistas mexicanos tendrán campamentos de preparación rumbo a Tokio 2020 (5/7).

Hablar de la Isla de Miyajima es un lugar para los japoneses y sus visitantes, no solo por el Santuario de Itsukushima. Es un espacio donde se muestra el sincretismo de una cultura que toma especial énfasis en la creencia del mundo con lo espiritual.

La Isla de Miyajima, cerca de Hiroshima, es la muestra de la fortaleza que cautiva a su paso, y que es el motivo de los campamentos que tendrán los atletas mexicanos, en un momento de reflexión en sus entrenamientos durante su camino a los Juegos Olímpicos Tokio 2020.

Mejor conocida como la “Isla del Santuario”, es un lugar que encanta. No se requiere mucho tiempo para sentir su tranquilidad, de cómo el viento pega en el cuerpo y la brisa del mar toca el rostro. Su Torii emerge en lo alto cuando la marea sube y parece tocar el cielo.

De la misma manera se aprecian una serie de edificaciones (santuario y pagoda) de madera que con su color rojizo, enmarcan un panorama de fortaleza. Los japoneses tienen especial énfasis en este lugar por su naturaleza maravillosa.

La Isla de Miyajima guarda su momento de historia y después de una leyenda que hace enigmático este lugar. Los atardeceres muestran una magnífica escena mezclada de serenidad y espiritualidad a un lado de su Torii.

Por tal motivo, este lugar que es resguardado por ciervos, merece un instante de paseo para desplegar y conocer más de cerca de los caprichos de la naturaleza, sobre todo cuando el mar alcanza su nivel más alto y convierte el sitio en una localidad flotante.