Por: Charlie/

Esta semana me recomendaron leer un texto que se publicó en el portal Animal Político, el cual habla sobre la discriminación que sufren los jóvenes estudiantes en los salones de clases. Después de revisar el contenido me percaté de que aunque el asunto de la homosexualidad sea más visible, no significa que sea aceptable en nuestra sociedad.

Retomaré algunos aspectos que me parecieron muy interesantes e importantes sobre el escrito. El autor hace mención sobre varios documentos y encuestas importantes que han realizado organizaciones no gubernamentales.

El documento más reciente es la Segunda Encuesta Nacional sobre Violencia Escolar basada en la Orientación Sexual, Identidad y Expresión de Género hacia Estudiantes LGBT en México (2017). El total de los encuestados fue de mil 772 personas que se identificaron como gays, lesbianas, bisexuales, pansexuales, transgénero u otra orientación sexual con una edad de entre 13 y 20 años.

El 55% de los cuestionados dijeron sentirse inseguros en sus centros educativos por su orientación sexual, y el 32.7% evita ir a los baños por la misma razón o bien por incomodidad. Mientras que entre el 35% y 36% indican que regularmente escucharon comentarios sobre su forma de actuar, es decir que las chicas eran “masculinas” y los hombres “femeninos”.

Seguramente en alguna ocasión hemos aguantado esas frases típicas donde se separan las actividades para “hombres” y para “mujeres”. Es desagradable escucharlas en tu hogar, pero es mucho peor que se repliquen en las escuelas. Tampoco dudaría en la inseguridad que sienten quienes no van al baño para no pasar por una situación desagradable.

La discriminación no para ahí, pues dos de cada cuatro estudiantes han sido víctimas de acoso verbal por su orientación sexual, en tanto que dos de cada tres estudiantes también han experimentado el mismo tipo de acoso por su expresión de género, es decir, su forma de vestir, de actuar, corte de pelo, entre otros aspectos.

Y al 27% y 29% los han agredido físicamente por no ser heterosexuales y por su expresión de género, respectivamente. ¿¡Y por qué no denunciar o reportar la discriminación!? ¡Excelente pregunta! Pero tenemos la cifra de que más del 60% no da aviso sobre los ataques, no se atreven a decirle ni a un familiar, ni a un amigo y mucho menos a los profesores o autoridades correspondientes.

Cabe destacar que la mayoría de quienes respondieron la encuesta son estudiantes de nivel licenciatura. Poco más de la mitad señalaron que expresan abiertamente su homosexualidad frente a estudiantes y personal académico. Podríamos pensar que no es una cifra tan mala, pero ciertamente la situación debería mejorar.

Ahora revisemos algunos datos de la Primera Encuesta Nacional sobre Bullying Homofóbico, donde el 67% de mil 273 personas encuestadas afirman haber sido víctimas de bullying y de quienes no lo sufrieron, indican que fue porque “no se les notaba” su homosexualidad.

El nivel de educación en el que se reporta mayor discriminación es en la secundaria, así lo señaló el 56% de la población total, y sólo el 3% lo experimenta en nivel superior. Ah, por cierto, respecto a los profesores ¿alguien preguntaba el por qué no acusaban a sus compañeros? Tal vez el siguiente testimonio les resuelva esta duda: “En la formación, el maestro hacía la fila de niñas y niños en la prepa; y a mi me puso en medio de las filas. Todo el salón se reía de mi, incluso el maestro”. (Chico gay de Chiapas)

¿Qué pasa con los padres? Resulta que el 85% de los jóvenes nunca dijeron algo sobre el maltrato por parte de otros estudiantes.

Es verdaderamente preocupante lo que pasa en los salones, no puedo decir que estoy exenta de la situación. Recuerdo que en la secundaria no me atrevía decirle a nadie sobre mi orientación sexual, me daba mucho miedo contarlo y que después todos se enteraran. Y también creía que si mis padres lo llegaban a saber, los decepcionaría o simplemente no me aceptarían.

¿Se acuerdan de la ideología de género; aquella por la que el Frente Nacional por la Familia marcha para que no se implemente en instituciones educativas? Bien, pues las cifras anteriores demuestran lo importante que es hablar sobre diversidad sexual, en México no sólo hace falta generar reformas que promuevan la inclusión de la comunidad arcoíris. En México es necesario instaurar un modelo educativo que permita comprender a la sociedad que las parejas no se rigen por hombre-mujer, no sólo es papá-mamá, que un hombre no es hombre por sus genitales, sino por su identidad de género.

Ser gay, lesbiana, trans o simplemente apoyar a la comunidad LGBT no debería ser objeto de burlas, ni de golpes, ni de acoso. La escuela es el lugar después del hogar donde se debe enseñar a respetar, donde aprendemos a relacionarnos con otras personas sin importar su color de piel, su nivel socioeconómico, su idioma y espero que pronto se incluya la orientación sexual.

Si deseas revisar los informes que consulté, te dejo los siguientes links:

Primera Encuesta Nacional sobre Bullying Homofóbico  http://www.adilmexico.com/encuestas/sitios-amigables/

Segunda Encuesta Nacional sobre Violencia Escolar basada en la Orientación Sexual, Identidad y Expresión de Género hacia Estudiantes LGBT en México http://www.fundacionarcoiris.org.mx/wp-content/uploads/2017/08/Reporte-Encuesta-Bullying-2017-final.pdf