Por: Redacción/

La reforma educativa (2012-2013) es necesaria y perfectible, en el PAN están abiertos a mejorarla, pero hay que esperar a ver cuáles son las propuestas que se presenten, afirmó el coordinador de los diputados de este partido, Juan Carlos Romero Hicks.

“Conozco la reforma educativa porque me tocó ser presidente de la Comisión de Educación en el Senado, soy el primero en reconocer que se puede mejorar y el primero en defenderla”, indicó en declaraciones a la prensa.

Señaló que “expresiones como: ´no va quedarle ni una coma´ (de esa reforma) no son de madurez política” e insistió en que hay que “esperar las propuestas correspondientes”.

El líder parlamentario aseveró que le ha dicho “en confianza a Morena”, que llegar a la Cámara de Diputados, protestar, hacer guardar la Constitución y las leyes reglamentarias “y lo primero que acuerdan es interrumpirlo, eso es falta de oficio y falta de madurez”.

Romero Hicks se refirió de manera implícita al punto de acuerdo que aprobó la Cámara de Diputados el pasado 11 de septiembre, el cual fue impulsado por legisladores de Morena.

En esa ocasión se exhortó a diversas autoridades educativas federales y estatales a suspender, de manera inmediata e indefinida, los procesos de evaluación para el ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia de los maestros, así como cualquier procedimiento sancionatorio de la reforma educativa.

“Hablemos de propuesta serias, cuando lleguen las debatiremos con mucho gusto, porque a la reforma (educativa) se le dan potestades fantasmagóricas…no es la leyenda negra ni la leyenda rosa”, expuso el diputado panista.

Aseguró que “en ninguna parte de la legislación se habla de una evaluación punitiva, si se percibe como tal, hay que revisar los términos de la evaluación”.

Sin embargo, aclaró que no se puede quitar la evaluación. “Sería una falta de seriedad, se tiene que evaluar al alumno, al educando, a la autoridad, al directivo, a todos los actores educativos”, añadió.

“Ahora, si lo que quieren es regresar a una estructura clientelar, corrupta y corruptora, de que el maestro no vaya a clases o que el sindicato venda las plazas, sería una regresión autoritaria y no sería una reforme educativa, sería una involución educativa”, apuntó.

Comentó que tiene una “admiración reverencial” por los maestros de México, pero expuso que “hay que armonizar el interés superior de la niñez, que es el fundamental, y también los derechos de los maestros”.