Por: María Manuela de la Rosa Aguilar/

La gran herencia griega de la democracia ha sido en los últimos lustros el sistema de gobierno más ponderado y calificado como la máxima deseable de todo el mundo, aunque hay que recordar que este sistema floreció en un país donde la esclavitud estaba vigente y la condición de ciudadano era un privilegio de algunos, que eran los que participaban activamente en política. Sin embargo no podemos soslayar que también hubo gobernantes que trasgredieron las libertades de los ciudadanos y abusaron del poder y luego la historia cambió con el advenimiento de los imperios.

Más tarde, en el siglo XVIII surgió nuevamente la república en Francia, que persiguió los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, vigentes hoy día, aunque no hay que olvidar la manera sangrienta en que se dió.

Y con los siglos este sistema de gobierno fue evolucionando hasta nuestros días, en donde las elecciones definen el rumbo de la mayoría de las naciones, ya sea en Africa, Europa, Asia o América. Aunque no podríamos decir que la democracia ha traido consigo el bienestar social y económico que todo pueblo anhela, pero sobre todo la libertad y la certidumbre jurídica que garantice los derechos fundamentales de la población.

Y desgracadamente, a pesar de que oficialmente ya no existe la esclavitud en ningún país del mundo, las crisis sociales, económicas y políticas continúan; la represión de las libertades parece ser una constante en el orbe. Y las dictaduras parecen ser una condición natural después de grandes contiendas electorales, en donde la polarización hace de las suyas y surgen nuevos caudillos redentores, vitoreados y aclamados por las masas, sin importar que se trate de un país super desarrollado o uno sumido en la miseria. Ahí podemos ver a los grandes tiranos en China, en Africa o América Latina, pero, ¿que tal en los Estados Unidos? También ahí se adora al máximo líder, el presidente.

Es una cuestión que asimismo nos plantea Popper sobre las probabilidades de un mal gobierno, de los candidatos que van adelante en las encuestas, que ganen abrumadoramente o no y que luego no se quieran ir del poder, porque en el fondo no son pocos los que sueñan con perpetrarse en el poder.

Y esto ha traido como consecuencia que muchos ya no vean a la democracia como el mejor sistema político, ya que sólo 1 de cada 5 ciudadanos se encuentra satisfecho con la democracia, según datos de Ethos, Laboratorio de Políticas Públicas. Y este sentir es generalizado, incluso en países como el Reino Unido España o Francia.

Según cifras del Latinobarómetro, en México poco menos de 1 de cada 5 ciudadanos se encuentra satisfecho con la democracia. Además, conforme al Pew Research Center, el 93% de los mexicanos están en desacuerdo con su funcionamiento.

Y sin embargo no podemos decir que los malos gobiernos o las dictaduras son una imposición, considerando los índices de participación en las urnas, que por ejemplo en AméricaLatina van desde el 46 % que registra Paraguay, hasta el 83% en Chile. México tiene una participacion de entre el 50 y 63 %. Niveles altos, si se considera que en la democracia más “paradigmática”, por así decirlo, que es la de los Estados Unidos, la participación electotal fluctúa entre el 53 % y el 64%.

No obstante, a pesar de que la democracia es el régimen más generaizado en el mundo, existen alrededor de 48 países en donde prevalecen las dictaduras y que tienen en común el que no se repeta la libertad de expresión, menos los derechos humanos y la represión gubernamental llega a límites insospechados.

Y en esta lista están países como China,Cuba, Corea del Norte, Bielorusia, Tayikistán, Azerbaiyán, Kazakstán, Turkmenistán, Uzbekistán, Gambia, Mauritania, Chad, Sudán, Eritrea, Yibuti, Somalia, Etiopía, Sudán del Sur, Republica Centroafricana, Camerún, Guinea Ecuatorial, Gabón, Congo, Uganda, Ruanda, Burundi, Angola, Zimbabwe, Swazilandia, Argelia, Libia, Jordania, Siria, Irán, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Yemen,Qatar, Bahrein,Omán, Brunei, Tailandia, Myanmar, Camboya, Vietnam, Afganistán, Laos, sin contar con Venezuela y otros países con gobiernos legitimados en las urnas, pero con gestiones totalitarias y con proyectos de permanencia a largo plazo.

Y si bien no todos estos países, la mayoría padecen condiciones de miseria absoluta y son grandes generadores de migrantes que buscan una salida no sólo a sus condiciones de pobreza, sino a condiciones intolerables de represión.

La migración es un fenómeno creciente en todo el mundo que aunque se ha tratado de visualizar como un problema social, tiene tantas aristas, no sólo por las causas, sino por la complejidad de los factores que inciden y afectan a los paises receptores,no sólo como un problema económico por resolver, sino en lo cultural y politico, pero también por las repercusiones en la seguridad nacional que esto conlleva. Aspectos que no obstante se vislumbran, no se observan poíticas públicas que a corto o mediano plazo puedan paliar esta crisis humanitaria.