• Rosario Piedra delega en Francisco Estrada responsabilidades, conflictos internos y temas administrativos de la CNDH. Esta situación le permite a Estrada tener espacio de poder más allá de la esfera de su cargo público.

Israel Mendoza Pérez-@imendozape/

Al interior de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el influyentismo, hermano perverso de la corrupción, se normalizó entre los funcionarios de alto nivel. Al interior de la Primera Visitaduría, los movimientos turbios solapados por el Secretario Ejecutivo, Francisco Estrada Correa se convirtieron en la constante.

Ahora sale un nuevo caso de excesos. Jesús Eduardo Román Villar, visitador de la Primera Visitadurías, es un personaje camaleónico y, en la actualidad, uno de los cercanos de Estrada Correa, quien a través del influyentismo llegó al puesto que ostenta para pertenecer al llamado “círculo machuchón”.

Rosario Piedra delega en Francisco Estrada responsabilidades, conflictos internos y temas administrativos de la CNDH. Esta situación le permite a Estrada tener espacio de poder más allá de la esfera de su cargo público.

De acuerdo con el oficio 1979/CNDH/CGAF/DGRH/2021 con fecha del 3 de noviembre de 2021 suscrito por el entonces director general de dirección general de Recursos Humanos se dio a conocer la no aprobación de Jesús Eduardo Román del Villar ya que incumplió con los requerimientos del Estatuto del Servicio Civil de Carrera. Pero eso, sólo es una parte de las ruindades administrativas en las que se encuentra sumergida la CNDH.

Además, su estatus académico está en duda ya que en una búsqueda en el Registro Nacional de Profesionistas, de la Secretaría de Educación Pública (SEP), no hay registro de tener cédula profesional. Aun así se encuentra en la nómina de la CNDH y lleva a cabo tareas correspondientes a un abogado.

Acostumbrado a las irregularidades, en su pasado, Román Villar ostentó ser licenciado para recibir notificaciones de documentos de carácter oficial. En 2018 integró parte del staff de abogados que acompañaron al exombudsman Luis Raúl González Pérez, en la presentación de controversias constitucionales. Sin embargo, ahora se acomodó en la Primera Visitaduría a través de corromper el servicio civil de carrera de la propia institución.

A Román del Villar lo vinculan directamente con Brenda Melisa Gómez García, jefa de departamento de seguimiento de recomendaciones quien a su vez es cercana al grupo de Bianca Trujillo, actual directora de la Primera Visitaduría, por ello es que, con el ingreso de Román Villar a la Primera Visitaduría, se acredita un fraude hecho contra en el servicio civil de carrera porque se alteró el procedimiento cuando éste reprobó el examen y le repusieron el procedimiento indebidamente.

A esta irregularidad, Francisco Estrada Correa guarda silencio, la Primera Visitaduría es su principal coto de poder. La inoperancia de la CNDH está basada en errores y el amiguismo que aumentó en ciertas áreas y visitadurías. Los excesos de Bianca Trujillo van en contra de la ombusdman Rosario Piedra ya que ella impulsó la “declaración de no parentesco”, pues sabe que entre Brenda Melisa y José Eduardo Román se quiebra ese postulado.

La CNDH se encuentra secuestrada por dos grupos políticos, el de Francisco Estrada y el de los integrantes del Comité Eureka. Los cargos están en pleito y las posiciones de control son las más peleadas para mangonear al garante de los derechos humanos.