Por: Redacción/

Amy Juan era una niña cuando su abuelo la llevaba cada fin de semana de un lado a otro del desierto visitando seres queridos y lugares sagrados sin fijarse que cruzaban una frontera internacional.

Las cosas han cambiado. A sus 32 años, Juan tiene muy presente esa frontera porque se ha convertido en algo con lo que los Tohono O’odham, su gente, deben lidiar todos los días.

A la nación Tohono O’odham la ha dividido la frontera entre México y Estados Unidos desde 1853. Desde entonces se movieron libremente sobre sus tierras ancestrales, pero la reciente militarización de la frontera no sólo ha dificultado sus viajes sino que ha dividido a la gente.

“La frontera tal como está ahora, corta nuestra tierra y a nuestra gente por la mitad. Está separando familias”, manifestó Juan.

Así enmarcó el mensaje que trajo consigo a la celebración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que este año estuvo dedicada a la migración y desplazamiento de esos pueblos, algo de los que Tohono O’odham conocen muy bien.

“La migración no es nada nuevo”, comentó Juan en entrevista con Noticias ONU. “Siempre nos hemos movido a través de la tierra. Y la migración de personas de México a Estados Unidos o dentro de estas regiones no es nada nuevo. Hay historias que nuestros abuelos nos transmiten sobre cómo hospedaban a las personas que llegaban de fuera”.

Cifras del gobierno estadounidense estiman que hay unos 34.000 Tohono O’odham, incluyendo 2000 en el lado mexicano de la frontera.

Mientras el presidente de Estados Unidos Donald Trump busca levantar un muro en la frontera, incluyendo los 100 kilómetros dentro de la reservación indígena, Juan asegura que los Tohono O’odham ya viven con un muro virtual.

El gobierno de Estados Unidos ha instalado puntos de control en cada entrada y salida a la Nación O’odham, donde ya es común ver agentes armados, perros entrenados y tecnología de vigilancia que emite radiación infrarroja, detalló la activista.

“Aunque solo sea un punto de control, también es muy dañino para el estado mental de nuestra comunidad, especialmente para nuestros hijos”, comentó. “Están creciendo en este tiempo de ocupación. Cuando solo quieren ir a ver una película o ir de compras siempre tienen que responder si son ciudadanos estadounidenses cuando están en su propia tierra”.

En un mensaje divulgado a propósito del festejo, el Secretario General António Guterres, destacó que hay factores que empujan a los pueblos indígenas a perder su “profunda conexión espiritual con sus tierras y recursos”.

Sobre los pueblos indígenas cuyos territorios están divididos por fronteras internacionales, como es el caso de los Tohono O’odham, el Secretario General pidió la cooperación a través de estas fronteras para que su identidad, ocupaciones y prácticas tradicionales puedan salvaguardarse.

Para lograr esto, opinó Juan, los Tohono O’odham deben ser capaces de determinar el tipo de frontera y seguridad que ellos quieren en sus propios términos.

“Somos muy intencionales en asegurarnos de que la libertad de movimiento no sea solo de personas, sino para animales y plantas. No hace mucho que los jaguares y los osos acaban de regresar a nuestra tierra así que para nosotros su presencia y su espíritu realmente le dan sentido a lo que estamos defendiendo: ser quienes somos, quienes siempre hemos sido como O’odoham”, finalizó Juan.