Por: Redacción/

La senadora Citlalli Hernández Mora señaló que los migrantes indocumentados en sus travesías de sus países de origen hacia los países receptores, padecen una serie de vejaciones a sus derechos humanos que no se han podido resolver; además, existe el enorme desafió de cómo lograr flujos migratorios ordenados, seguros y humanos durante su estancia en México.

La legisladora de Morena, que organizó el Foro “Migración camerunesa actual, problemas de origen y tránsito migratorio, así como acciones del Estado Mexicano”, señaló que México se caracteriza por ser un punto de llegada, partida y tránsito de migrantes, y en esas vertientes existen una serie de riesgos y las raíces del por qué los ciudadanos migran en el mundo.

“Padecen una serie de vejaciones a sus derechos más elementales durante sus travesías que no hemos podido resolver. Qué enorme desafío pensar en cómo lograr flujos migratarios ordenados, seguros, pero, ante todo, humanos desde en, durante y hacia México. Debemos reflexionar sobre lo que sucede en las poblaciones de los continentes, porque las migraciones son diversas, pero en el fondo la gente debería migrar por gusto y no por necesidad”, subrayó.

Se debe pensar, sugirió, en construir un mundo casi sin fronteras; imaginar un mundo donde podamos caber todos, sin distinción de ningún tipo, porque en estos tiempos hay un escenario de odio, de expresiones fascistas que quizás muchos pensaban estaban acabadas, pero que prevalecen. “Por eso es importante reflexionar y seguir pensando en que somos seres humanos y tenemos objetivos comúnes para seguir adelante”, exhortó.

La maestra Ana Sáenz Valenzuela, de la organización civil Sin Fronteras A.C., señaló que muchas veces se piensa que la gente migra sólo por problemas económicos, cuando hay causas más profundas, como huir por violencia de género, problemas políticos, racismo, religión, entre otros.

“En los países receptores de migración, como México, se deben eliminar leyes y actitudes discriminatorias. Antes de regresar a los migrantes indocumentados a sus países de origen, se debe confirmar que no corren peligro en los mismos y en sus travesías, porque de ser así, se les debe proteger con el derecho internacional humanitario”, indicó.

Manuel Arellano y Alejandra Macías, defensores de derechos humanos en distintas organizaciones civiles, coincidieron en que la legislación mexicana es bondadosa con la población migrante en tránsito; sin embargo, pero que resultó insuficiente en casos como la caravana migrante de 2018 en la frontera sur, cuando se demostró que las autoridades no estaban preparadas para recibir a contingentes de esa magnitud.

Comentaron que la ley de refugiados establece que una persona puede ser considerada refugiada por falta de recursos económicos, denuncia de género, persecución política, de raza, religión, violación de sus derechos humanos y discriminación.

Aunque expusieron que la política migratoria mexicana se ha visto más restrictiva a partir de las acciones de la Guardia Nacional, la cual se percibe más por la detención de las personas en la frontera sur del país.