Por: Redacción/

Algunas aulas provisionales quedarán listas en los próximos meses para el reinicio de las actividades de investigación sobre los efectos biológicos de la desnutrición –con una tradición de más de cuatro décadas– y la fertilización en mamíferos –relativa a la reproducción asistida y la toxicología reproductiva– en la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), refirió el doctor José Miguel Betancourt Rule.

El edificio “S” de dicha sede académica resultó con daño estructural por el sismo ocurrido el 19 de septiembre de 2017 y su ala oriente –que alojaba el Laboratorio de Biología Celular, entre otros– fue la más afectada, ante lo cual se han buscado espacios en la Unidad Xochimilco de esta casa de estudios y en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para continuar las tareas de docentes y alumnos.

“Trabajamos con gametos y para ello contamos con un cuarto de cultivo con incubadoras con dióxido de carbono (CO2), diversos tipos de microscopios y otros equipos que debemos recuperar y reinstalar pronto, porque nos preocupa el flujo constante de estudiantes que recurren a nosotros para hacer sus tesis de posgrado en las maestrías en Biología de la Reproducción Animal y en Biología Experimental, así como en los doctorados en Biología Experimental y en Ciencias Biológicas y de la Salud, que tuvimos que rechazar” hacia fines de 2017.

No menos importante es la situación de los jóvenes que ya estaban desarrollando tesis y que debieron suspender, indicó el profesor del área de Biología Celular y Molecular del Departamento de Ciencias de la Salud.

“Nos han informado que las aulas provisionales tardarán unos meses, por lo que requerimos del apoyo de todas las instancias posibles, ya que esto obstaculiza la formación de recursos humanos e impide realizar un actividad sustantiva y vital para la institución”.

Además, los alumnos están en proceso de recibir los resultados de los trámites para la obtención de apoyos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y quedan pendientes proyectos de vinculación con la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM y la Universidad de Murcia, España

La generación y la aplicación de conocimientos, y la formación de recursos humanos han sido paralizadas en la referida área, incluida una decena de tesis, tanto internas como externas, ante lo cual “necesitamos a la brevedad espacios provisionales y poner en funcionamiento el equipo”, recalcó Betancourt Rule.

El doctor Pablo Gustavo Damián Matzumura, académico del Departamento de Biología de la Reproducción de esa sede universitaria, precisó que la labor científica que efectúa implica el análisis de células con cáncer de mama que deben ser cultivadas “y no podemos hacerlo en laboratorio sin una campana de flujo laminar con condiciones de esterilidad adecuadas, así que son proyectos que están en pausa totalmente”.

El Laboratorio de Endocrinología Molecular del Cáncer, al que está adscrito, comprende un cuarto de cultivo, ultracongeladores para almacenar muestras, microscopios de fosforescencia, analizadores de células, citómetros y equipos técnicos de biología molecular valuados en alrededor de ocho millones de pesos.
Los investigadores universitarios efectúan ahí importantes terapias combinadas y nanoterapias contra un tipo de cáncer de mama –conocido como triple negativo– difícil de atacar y muy agresivo, además de que se trata de “trabajos que hacemos en colaboración con el Instituto Nacional de Cancerología, el Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional Siglo XXI y la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos, por lo que si la problemática en el edificio “S” de la Unidad Iztapalapa tardara más tiempo los convenios resultarían afectados. “Tenemos dos alumnos en el tercer año del doctorado que corren el riesgo de perder su beca, ya que no pueden publicar sus resultados”, concluyó.