Por: Redacción/ 

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha declarado este sábado, durante la reunión del Comité de Emergencias sobre la COVID-19 con arreglo a lo dispuesto en el Reglamento Sanitario Internacional que, pese a que muchos países creían estar combatiendo la pandemia de manera positiva han estado teniendo rebrotes y que “algunos que se vieron menos afectados en las primeras semanas, experimentan ahora cifras crecientes de casos y víctimas mortales”.

Tras el análisis de datos, el Comité determinó que el brote de COVID-19 sigue representando una ESPII (situaciones trágicas que afectan negativamente a grandes grupos de población) de acuerdo al Reglamento Sanitario Internacional (RSI).

Tedros reiteró que “la pandemia es una crisis sanitaria que ocurre una vez cada cien años y cuyos efectos se dejarán sentir durante decenios”, puntualizando también que pese a que hay rebrotes en varios países que se creía controlada la pandemia, en algunos otros “que tuvieron brotes de gran envergadura han conseguido controlarlos”.

El Comité, conformado por 19 miembros y 13 consejeros, formuló una serie de recomendaciones a la OMS y los Estados Partes. Recomendó que siguiera movilizando a las organizaciones y asociados multilaterales en el ámbito mundial y regional para prepararse y responder a la COVID-19, a fin de prestar apoyo a los Estados Miembros en el mantenimiento de los servicios de salud, sin dejar de impulsar la investigación y el futuro acceso a las pruebas diagnósticas, los tratamientos y las vacunas.

A los países que apoyaron las iniciativas de investigación, recomendó aportar fondos y que se unieran a esfuerzos que facilitaran una asignación equitativa de las pruebas diagnósticas, los tratamientos y las vacunas, colaborando con el Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19 (ACT, al igual que reforzar la vigilancia de salud pública para la identificación de casos y el rastreo de contactos, especialmente en entornos de escasos recursos, vulnerables o de alto riesgo, y que mantuvieran los servicios de salud esenciales con financiación, suministros y recursos humanos suficientes.