Por: Redacción/

Más de 10 mil jóvenes universitarios participaron en la emergencia durante y después del sismo del 19 de septiembre de 2017. Algunos cargaron escombros y organizaron despensas, otros atendieron heridos y evaluaron inmuebles con los conocimientos adquiridos en las aulas, ejemplo de muchas de las tareas en las que apoyaron.

“No recuerdo cómo ayudé, sino cómo me ayudaron”, resumió Marina Contreras, egresada de Arquitectura y alumna de la maestría en Urbanismo de la UNAM, quien tras salir de un edificio dañado se volcó a las calles.

Un colectivo académico, encabezado por Julie-Anne Boudreau, investigadora del Instituto de Geografía (IGg), y Tonalli Romero, del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), siguió a 45 jóvenes brigadistas de entre 18 y 30 años para registrar sus experiencias y emociones en torno al sismo, y las reunió en 45 mapas individuales y más de 60 colectivos, en el proyecto “Generación19S”.

Con una base geográfica, la de la cartografía, “Generación19S” es un análisis que visualiza las acciones de solidaridad civil, las trayectorias individuales y colectivas, las emociones ante la experiencia de ser voluntarios, las motivaciones, la utilización de redes sociales y los cambios en el uso de suelo en la CdMx tras el sismo.

Mapas narrativos y participativos

Los mapas tradicionales muestran información sobre accidentes geográficos, superficie del suelo, vías de comunicación, núcleos de población o límites políticos, entre otros temas.

“En cambio, los mapas participativos presentan un discurso narrativo que unifica la experiencia cotidiana de las personas. Son de elaboración colectiva, se hacen en talleres y eso estimula el proceso de colaboración”, explicó Julie-Anne Boudreau.

En conferencia de medios en el auditorio Francisco Díaz Covarrubias del IGg, expuso que estos mapas narrativos son también un instrumento para visualizar los problemas sociales, las experiencias y las emociones.

Por su parte, Tonalli Romero apuntó que los mapas tienen gran riqueza: registran emociones positivas (alegría, fortaleza, confianza y gratitud) y negativas (frustración, enojo, tristeza y miedo), además de los motivos del recorrido (solidaridad, apoyo a la familia, trabajo o amistad).

También detallan el tipo de ayuda: acopio y transporte, donación, mapeo y comunicación, retiro de escombros, arquitectura e ingeniería, apoyo médico o psicológico, acciones a favor de la vivienda provisional y la alimentación, cuidado de niños y actividades culturales.

Tras esta experiencia, la brigadista Marina Contreras describió a la Generación19S “con ansias de participar, de probar sus habilidades, de organizar despensas, curar heridos y evaluar inmuebles. Nos dimos cuenta de que debemos involucrarnos más en temas sociales”.