Por: Redacción/

Con la finalidad de proteger a los trabajadores de los 18 velatorios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y a familiares de las personas que fallecen a causa de COVID-19, se han fortalecido las medidas de higiene, desinfección y el protocolo de seguridad para la recolección, traslado, manejo de cadáveres y su disposición final.

Al respecto Josué Luna, Administrador del Velatorio IMSS No. 20 Ecatepec, Estado de México, explicó que actualmente no hay evidencia científica que demuestre que exista riesgo de infección a partir de cadáveres de personas fallecidas por COVID-19.

Sin embargo, argumentó que los cadáveres que presentan confirmación o sospecha de infección por coronavirus pueden suponer un riesgo de infección para las personas que entren en contacto directo con ellos.

El Administrador del Velatorio IMSS No. 20 Ecatepec explicó que al solicitarse el servicio, el personal encargado para acudir al hospital o domicilio para proceder a la recolección del cuerpo se prepara con el Equipo de Protección Personal (EPP): guantes, cubrebocas, googles o careta de protección, zapatos cerrados y uniforme de algodón.

Posteriormente se coloca el cadáver a una bolsa para traslado, misma que puede introducirse a un ataúd con previa desinfección externa. Tras la correcta introducción del finado y desinfección del envoltorio contenedor, la manipulación exterior no tiene riesgo alguno.

Al regresar al Velatorio, después de la manipulación del cuerpo, el personal realiza lavado de manos con agua y jabón, y sanitiza el equipo de recolección que fue utilizado: canastilla, camilla, carroza o algún material usado y que pueda ser reusable. Los materiales no reutilizables son considerados Residuos Peligrosos Biológico-Infecciosos (RPBI) y tienen un manejo especial para su desecho.

Josué Luna precisó que en caso de que los familiares quieran velar a la persona fallecida, la ceremonia será con ataúd cerrado con una duración de cuatro horas y un cupo máximo de 18 personas. También se recomienda evitar el embalsamamiento, tanatopraxia y tanatoestética.

Asimismo se les indicará no tocar ni besar los cuerpos, los asistentes deberán atender todas las medidas de prevención de contagios: lavado de manos, uso de gel antibacterial, cubrebocas quirúrgico, no saludar de beso o de mano, no dar abrazos, evitar la asistencia de menores de edad, mujeres embarazadas y personas mayores; en caso de estornudar usar el ángulo interno del codo, no ofrecer alimentos o bebidas, evitar tocarse los ojos, nariz y boca.

La disposición final del cadáver será lo antes posible, preferiblemente mediante cremación; de no ser posible, se practicará la inhumación en sepultura o bóveda. Si el destino final es entierro será en las condiciones habituales. Las cenizas pueden ser objeto de manipulación sin que supongan ningún riesgo.

Refirió que este procedimiento se realiza de acuerdo con los protocolos, lineamientos y guías establecidos por la Secretaría de Salud (SSA) para los fallecimientos por COVID-19.

Josué Luna destacó la labor del servicio funerario al señalar que “nosotros como velatorio somos parte de las prestaciones sociales, somos el último paso que hacemos de un hospital o una clínica, es muy importante nuestro trabajo”.

En este sentido, dijo que se puede tener confianza en su desempeño, “estamos abiertos al público en general, somos parte de esa gran institución que tenemos todas las medidas de seguridad con todos los protocolos que se cumplen”, por lo que aseguró que ofrecen un servicio con calidad y con calidez.

Por ello, llamó a sus compañeros a ser “solidarios y empáticos, ante esta emergencia, la gente nos necesita y estamos para ello”.

El Seguro Social cuenta con 18 velatorios ubicados en 15 entidades del país, en los que se ofrecen servicios funerarios a derechohabientes y al público en general las 24 horas, todos los días del año. Dichas instalaciones tienen personal calificado que apoya en la gestión de trámites oficiales ante las autoridades competentes Municipales, Estatales o Federales.