Por: Redacción

La construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional para la Zona Metropolitana del Valle de México implica que el actual continuará en operación durante al menos los próximos 5 años y que será a partir del 2021 o el 2022 cuando se podrá iniciar el proceso de reconversión de los terrenos del aeropuerto. Es nuestro criterio que la atención a este proceso deberá implicar una visión metropolitana que beneficie al oriente de la metrópoli y en particular a esa zona del Valle de México.

En este sentido la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano realizan diagnósticos técnicos y sociales para el mejor aprovechamiento y la vinculación entre ambos polígonos.

Los terrenos del actual aeropuerto representan un espacio vital para la federación, el Estado de México y la Ciudad de México, por lo que se puede afirmar que millones de personas se verán beneficiadas por las obras de impacto social, ambiental, cultural y económico que se realicen en esta zona.

Es de hacer notar que dichos terrenos cuentan actualmente con instalaciones valiosas, como lo son las terminales aeroportuarias 1 y 2, las cuales deberán ser aprovechadas en un futuro conforme a las disposiciones legales aplicables y con base en los destinos más favorables que determinen los estudios técnicos. Lo anterior desde luego será acordado con las autoridades competentes.

En el Valle de México habitan 21.1 millones de personas, que representan el 18% por ciento de la población nacional y de estas, el 53% vive en los municipios conurbados del estado de México.

Es preciso señalar que de acuerdo con el artículo 115 Constitucional corresponde a la federación, a las entidades federativas y a los municipios integrar mecanismos de coordinación para la planeación y regulación de dichas zonas, por lo que el futuro de ese espacio debe responder necesariamente a una planeación que beneficie no sólo a los habitantes de la Ciudad de México, sino a los de toda la zona oriente del Valle de México.

Actualmente la zona de influencia específica cuenta con 6.4 millones de habitantes  en 12 municipios del Estado de México y en tres delegaciones de la Ciudad de México, en los que es necesario mejorar el acceso a servicios de salud, educación y seguridad social, situación que contrasta con el poniente y el sur de la ciudad.

Por tanto, se plantea en primer lugar la actualización del programa de Ordenamiento de la Zona Metropolitana del Valle de México que realizó el Programa Universitario de Estudios para la Ciudad de la UNAM como el elemento fundamental para conducir el proceso de crecimiento urbano y contribuir al desarrollo social, ambiental y económico, así como la movilidad de la metrópoli con una visión de largo plazo.

En particular en esta zona oriente se propondrá el ordenamiento territorial específico a través del Programa de Estudios Metropolitanos de la Universidad Autónoma Metropolitana a cargo de Roberto Eibenschutz, mismo que permitirá identificar las acciones, obras y servicios para el mejoramiento de la zona.

Los estudios previos ordenados por el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México y realizados por la firma internacional especializada Idom Servicios Profesionales de Ingeniería, Arquitectura y Consultoría, han servido como marco de referencia y son un elemento más que será tomado en cuenta, pues los trabajos descansan en lo fundamental en universidades públicas y en las propuestas de destacados urbanistas mexicanos.

En este sentido, más que planear únicamente el futuro de las hectáreas del AICM, la zona oriente del Valle de México debe visualizarse bajo una dimensión de desarrollo regional, en virtud de que representa una nueva oportunidad de transformación metropolitana que debe complementarse a toda una proyección de consideraciones sociales, viales, ambientales  y económicas de la metrópoli. Esta labor requiere articular adecuadamente la zona oriente entre el actual y el nuevo aeropuerto.

Es preciso destacar que los terrenos del actual aeropuerto constituyen un gran espacio abierto que debe permitir la convivencia participativa,  la identidad, la integración y el mejoramiento del bienestar de la población, independientemente de la entidad federativa donde habite.

El Gobierno de la República tiene una responsabilidad ineludible en el tema, que es la responsabilidad de que los terrenos se desocupen en su momento. Dada la relevancia de este espacio en su impacto ambiental y social y como polo de crecimiento de toda una región de México, el Gobierno tiene la convicción de que su futuro debe definirse desde una perspectiva nacional y metropolitana, con base en principios humanos, democráticos, urbanísticos y ambientales.

Por lo tanto, seguiremos trabajando coordinadamente con los gobiernos de la Ciudad de México y del Estado de México, para que juntos logremos concretar un esfuerzo de planeación que puede ser ejemplo de resultados coordinados y acción metropolitana.

El proyecto será un legado para que en su momento las autoridades correspondientes tomen las decisiones que a ellos les corresponderán de acuerdo a sus facultades y a su tiempo.