Por: Araceli Isidro  

Para trasladarla y venderla ilegalmente, las alas de una lechuza fueron cortadas, y en una de sus patas tenía una correa de cuero, así fue encontrada el ave por elementos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA). La localización fue en Tyto Alba en el estado de San Luis Potosí.

Especialistas de la PROFEPA valoraron a la Lechuza y determinaron que se encontraba en cautiverio, por lo que para su supervivencia fue trasladada al Parque Zoológico Tangamanga

La lechuza de campanario ayuda  al control biológico de algunas especies nocivas como ratas o ratones, por lo que en su nueva habitad, asegura la institución,  tendrá los cuidados pertinentes.