• Siguen existiendo las tiranías, los regímenes totalitarios. No hay un solo día sin guerra en alguna parte del mundo. Muchos países sufren la inseguridad.

Por: María Manuela de la Rosa A./

Siglo XXI, avances tecnológicos, milenios de historia, gran evolución de la ciencia, el hombre de hoy tiene el acervo heredado de innumerables civilizaciones. Se han experimentado diversas organizaciones sociales; las artes de todos los períodos históricos nos han legado grandes tesoros; hemos recogido las experiencias del antiguo Egipto, de Mesopotamia, Grecia, la era bizantina, el imperio romano, el otomano, la civilización china, el imperio español, el inglés, que todavía sobrevive. Hemos aprovechado la rueda y logrado ir al espacio exterior. Contamos con la producción en masa, las comunicaciones y la seguridad social se han socializado, se han reducido los tiempos debido a la rapidez de los medios de transporte; nos regimos por lo políticamente correcto; en el ámbito político hay voto universal, en donde el paradigma es la democracia, incluso en países monárquicos.

Sin embargo, siguen existiendo las tiranías, los regímenes totalitarios. No hay un solo día sin guerra en alguna parte del mundo. Muchos países sufren la inseguridad, México es claro ejemplo, en donde los crímenes violentos están a la orden del día, sin importar quien gobierne. Las drogas han impuesto su reinado, porque incluso los capos han hecho del crimen un negocio transnacional e incluso operando como franquicias. Y pese al poder del Estado y de los organismos encargados de mantener el orden, parece que en muchos lugares la población vive en medio de la incertidumbre, rodeada de muerte y enfermedad. La voluntad política parece ausente. ¿Dónde está el hombre civilizado? ¿dónde su dignidad? Y ¿los derechos fundamentales, ya no digamos los humanos? Se supone que ya estamos en una 4ª y 5ª generación de dichos derechos; pero no, la explotación laboral continúa; la discriminación por razón de condición social, raza, género, ideología, etc., se ha acentuado más que nunca.

Hemos visto como hasta los presidentes se conducen motivados por el resentimiento, no hace mucho que en el país más poderoso del mundo hasta se sospechó que el propio mandatario incitó a la rebelión. Incongruente, porque un jefe de Estado no podría atentar contra la institución que él mismo representa, pero es así. Y ¿que pasa en otras partes? La mentira descarada y la corrupción parecen ser parte de las líneas de gobierno, o peor, de las políticas pública.

Miles de personas han muerto en todo el mundo debido a la pandemia del covid-19; y sin embargo hasta el momento no se ha visto ninguna cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, pese a que la ocasión lo ameritaba más que nunca. No, cada quien por su lado, tomando decisiones a su mejor entender, y las fronteras, con aparente control, más permeables que nunca, de lo contrario el virus no se hubiera diseminado como lo hizo.

Afortunadamente ya hay vacuna. Pero deberíamos reflexionar sobre lo siguiente:

Para hacer una vacuna se tienen que superar 3 fases de experimentación, luego de múltiples ensayos para obtener la fórmula; este tiempo va de los 5 a los 10 años. La ciencia ha mejorado de tal forma que para obtener la vacuna contra el covid-19 los laboratorios hicieron un tiempo récord, pues en menos de un año ya tres lograron la aprobación de la OMS: la de los laboratorios Moderna, AstraZeneca y Pfizer-BioNtech.

Los laboratorios han trabajado con tal ahínco, que hay 48 vacunas, de las cuales, como dijimos, 3 fueron aprobadas y once ya están en la fase III, por lo que se espera que pronto haya suficientes para toda la población mundial

Lamentablemente no todos han tenido acceso a la vacuna, puesto que las dosis se han concentrado en ciertos países. Y es comprensible, puesto que la prioridad es atender primero la casa y luego ocuparse de los vecinos. Así lo están haciendo los países que han desarrollado las vacunas, como Estados Unidos, Inglaterra, China o Rusia.

Mucho se les ha criticado de no compartir, pero si bien es una actitud egoísta, lamentablemente se deben establecer prioridades cuando no alcanza para el 100%. Así que los países que no cuentan con la vacuna o no se han preocupado por gestionar su compra, deberán esperar,

Sin embargo, tanta prisa para poner fin a la pandemia, ha traído sus consecuencias, porque comienzan a darse casos de reacciones adversas a la vacuna. No se sabe bien a bien qué ha sucedido, porque la mayoría de vacunados ha respondido bien. Pero resulta que por ejemplo, en Hidalgo, una mujer murió pocos minutos después de aplicarse la vacuna y 5 más en diversos lugares de México; Estados Unidos ya registró dos decesos; 23 personas en Noruega; en Alemania se registraron 10 muertes. Tal vez haya más casos y si bien no son representativos, considerando el universo de personas vacunadas, si amerita estudiar caso por caso, porque la vida de millones está en riesgo, de haber algún problema con las vacunas. Las prisas nunca son buenas, aunque estamos ante la disyuntiva de dejar morir a miles y miles, o tratar de contener la pandemia, pese al costo de utilizar vacunas hechas al vapor para salvar a la mayor cantidad de gente posible. Decisión difícil de tomar, por la responsabilidad que conlleva.

Pero si es fácil tomar una decisión respecto a la contención del crimen organizado, de la inseguridad y de los miles y miles de muertos por la violencia. ¿qué detiene a los gobernantes que deben solucionar estos problemas? ¿piensan acaso que la vida de los ciudadanos es prioridad? Perece que no. ¿Pueden más los intereses políticos para evadir la responsabilidad de proteger la pueblo? ¿dónde está ese nivel de civilidad que debería tener gente con milenios de evolución? ¿prevalece el criterio reptiliano? En muchas partes los hechos muestran que sí. ¿Dónde está la humanidad? ¿dónde quedó el espíritu de solidaridad? Los reyes protegían a sus pueblos, o al menos ese era su deber. ¿Los presidentes no? Porque su pueblo está sumido en la pobreza, combinada con la violencia, la ignorancia y todavía se alimenta el resentimiento, Veamos a México, Venezuela, Colombia, Argentina, Pakistán, Etiopía, Ucrania, Egipto, India, Líbano, Corea del Norte, Somalia, etc; y no se escapan los Estados Unidos, España, Escocia, Australia, Inglaterra, Holanda, Bulgaria, etc., que están en los primeros lugares en el consumo de drogas. Porque no se distribuyen solas, no entran por arte de magia a esos países, que supuestamente tienen sistemas de seguridad de excelencia. Pero, entonces ¿cuál es la prioridad de los gobiernos?

Humanidad, ¿dónde fuiste?