Por: Javier Divany Bárcenas

Investigadores y sociedad civil aseguran que las escasas y equivocadas políticas públicas contras las drogas y el consumo de la marihuana, lo único que ha provocado es el endurecimiento e intensidad de las acciones por parte de las fuerzas armadas en las calles que violan más los derechos humanos.

Legisladores, investigadores y sociedad civil analizaron el tema “regulación de la marihuana frente a daños a terceros”, en la décima mesa que realiza el Congreso de la Unión, a fin de encontrar salidas para su uso.

Alejandro Madrazo, del Centro de Investigaciones y Docencia Económica (CIDE) señalo la urgencia de tener leyes que se puedan cumplir y no que prohíban lo que no se puede hacer cumplir.

Advirtió que hay intensidad de la prohibición del uso de la marihuana y que es en las calles donde el ejército ha priorizado la represión y la violación de los derechos humanos.

Mencionó que el gobierno debe dejar de perseguir a los poseedores de marihuana e ir por asesinos a las calles.
Aseguró que el “ejercito-policía” tiene desde el 2005 operando en las calles y está generando una estructura nacional más represiva y violador de los derechos humanos. La regulación es necesario más no es suficiente.

En la discusión del tema “Regulación en relación con la responsabilidad de daños frente a terceros”, la diputada del PRI, Marcela González Salas y Petriccioli, consideró que criminalizar a quien usa la marihuana es un “error garrafal”.

La priista calificó como grave que “sea más cara la prohibición, por el número de muertos y sangre que ha corrido, que los que se han muerto por ser consumidores”.

Por su parte, el diputado Vidal Llerenas Morales, de Morena, expresó en México, alrededor de 100 mil personas al año son enviadas o presentadas ante un Ministerio Público por posesión de marihuana.

Esto, al grado de que hay estadísticas de la Procuraduría General de la República que hablan de consumidores, y se calcula que el 70 por ciento de las mujeres que están en las cárceles federales están por delitos federales.

Laura Helena Atuesta Becerra, representante del CIDE, precisó que se debe entender la política de drogas desde la perspectiva de las políticas públicas, y considerar el tema no sólo desde la legalización y abrir el debate, pues se desconocen los beneficios de la política prohibicionista, lo que producen costos personales y a terceros.

“Tenemos más de 40 años de prohibicionismo, pero a la fecha el consumo sigue, se ha incrementado y se ha vuelto problemático en territorios donde no lo era. Por más que tengamos o no prohibicionismo, no vamos a lograr un mundo libre drogas, lo que estamos logrando es que el consumo se incremente, los riesgos sean mayores y cada vez hay más drogas en el mercado”, afirmó.

Para Alicia Beatriz Azzolini Binca, del Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE), es preocupante que el derecho de una persona al consumo de la marihuana, perjudique a terceros y a la sociedad.
“Es inquietante la actuación de una persona bajo los efectos o influjo de la droga, así como los daños que pueden ocasionar a terceros la regulación, legalización y comercialización de la marihuana”.

Cuestionó, hasta dónde los antidoping no violarían los derechos de las personas; la marihuana deja rastros más allá del alcohol, y en caso de que haya una nueva reglamentación con efectos únicamente medicinales o para fines recreativos, se requiere algún tipo de norma para comercialización, uso, permisión o consumo.

Los argumentos de Alfonso Francisco Martín del Campo Laurents, director médico e investigador principal de Pharmet S.A. de C.V. (Pharmometrica), afirman que el usos de la marihuana con fines medicinal o recreativo, disminuye la velocidad de reacción, la función cognitiva (atención y concentración) y altera las pruebas psicomotoras en un periodo de 12 y 24 horas inmediatas a su consumo.

Dijo que na forma de afectar a terceros, es que un consumidor maneje un vehículo de carga, tenga a su deber maquinaria o vaya a laborar bajo los efectos de la marihuana, como son los médicos.

“La marihuana no es una droga agresiva; sin embargo, se tiene que respetar a las personas que están alrededor del consumidor”.

Advirtió que si se legaliza la marihuana y el consumo entra a un marco de regulación, se deben fijar límites y tener algunas previsiones, porque sí puede afectar a terceros, por lo que se deberán establecer algunas pruebas antidoping, las cuales midan el estado inmediato actual de la persona y no si consumió hace dos o tres días.