• Luego de dos años desde que inició la pandemia del coronavirus, las universidades públicas y privadas, así como sus profesores y alumnos han acumulado diversidad de experiencias y aprendizajes aplicando tecnologías y herramientas digitales.

Redacción/

La educación fue sometida a un proceso de actualización inminente, debido a la crisis de salud provocada por el virus SARS-CoV-2, por lo que las instituciones se han visto en la necesidad de aprender y aplicar diferentes métodos basados en tecnologías digitales para desarrollar las clases, viéndose obligadas a hacer cambios radicales en la forma de concebir y practicar la docencia, afirmó el doctor Raymundo Soto Sánchez, académico del Departamento de Administración de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Luego de dos años desde que inició la pandemia del coronavirus, las universidades públicas y privadas, así como sus profesores y alumnos han acumulado diversidad de experiencias y aprendizajes aplicando tecnologías y herramientas digitales.

Al respecto la UAM ha dado dos respuestas –aprobadas por los órganos colegiados– la primera en abril de 2020 con el Proyecto Emergente de Enseñanza Remota (PEER) que permitía una diversidad de herramientas digitales para continuar con las tareas de docencia; la segunda en octubre de 2021 con el Programa de Transición de Enseñanza en la Modalidad Mixta (PROTEMM), cuyo propósito es que algunas actividades se realicen de manera presencial y se siga utilizando la educación por medios digitales.

Todo ello implicó que tanto profesores como alumnos hicieran un gran esfuerzo por acelerar su aprendizaje y desarrollo de habilidades en el manejo de tecnologías digitales. Desde el punto de vista docente, en los entornos virtuales los participantes podían enriquecerse a través de diversas fuentes de conocimiento, mientras que el estudiante tuvo que comprender que los dispositivos ya no eran sólo para el entretenimiento o para socializar, sino que también son útiles en el campo de la enseñanza.

En el II Coloquio de Docencia. La educación forzada a valorar: virtual vs presencial, aseguró que estos foros de intercambio de información, experiencias y reflexiones sobre la práctica de la instrucción durante la pandemia resultan muy importantes y necesarios para las universidades, no sólo para entender lo que se hizo y cómo se hizo, sino sobre todo para identificar errores y aciertos, ventajas y desventajas, que permitan mejorar la enseñanza que se imparte en las instituciones.

El doctor Soto Sánchez señaló las distinciones conceptuales de las modalidades de la formación: en línea, virtual, a distancia y remota. En la educación en línea los profesores y alumnos participan e interactúan en un entorno digital a través de recursos tecnológicos y el uso de las herramientas que proporciona internet de manera sincrónica, esto es, que deben coincidir en horarios para las clases.

Este método presenta como área de oportunidad que el profesor tenga que hacer esfuerzos para integrar y unir al grupo para construir un clima de confianza entre los alumnos de manera que se alcancen los objetivos del aprendizaje. Un ejemplo son las clases que se imparten mediante sesiones de zoom y otras plataformas.

El modelo de la educación virtual requiere de una computadora o tableta, conexión a internet y el uso de una plataforma multimedia y funciona de manera asincrónica, es decir, los docentes no tienen que coincidir en horarios con los estudiantes para las sesiones.

Los materiales del curso o documentos se suben a la plataforma elegida para que los matriculados puedan revisarlos y realizar las actividades académicas en el momento que lo decidan; las dudas son discutidas en foros para todo el grupo, con la correspondiente retroalimentación.

En la enseñanza a distancia los alumnos controlan el tiempo, el espacio y el ritmo de su aprendizaje, porque no se requiere una conexión a internet o recursos computacionales. Los materiales que se utilizan son normalmente físicos, como memorias USB o CD, entre otros. Un ejemplo de esta modalidad es la que se imparte por canales de televisión abierta, que ha estado aplicando la Secretaría de Educación Pública, o también en la radio.

En el caso de la instrucción remota el objetivo principal es trasladar los cursos que se habían estado impartiendo de manera presencial a un aula remota, virtual, a distancia o en línea. Esto quiere decir que dependiendo de cómo la universidad haya decidido manejar la crisis, es cómo se definió el tipo de educación remota de emergencia. En este contexto es que se hace el traslado de la modalidad presencial a una por medios digitales.

Ahora, la intención es retomar las actividades presenciales, pero será fundamental considerar las experiencias de incorporación de la tecnología al proceso de enseñanza-aprendizaje, muchas exitosas, pero también otras con escasos resultados en cuanto a la calidad del aprendizaje adquirido, “experiencias que debemos transformar en aprendizajes para mejorar la modalidad presencial”.

Una forma de hacerlo es identificar, analizar y debatir en torno a las diferencias entre ambos formatos de educación para poder entenderlos y recuperar los aprendizajes verdaderamente significativos de las dos metodologías; hoy en día, la docencia presencial sólo avanzará si se acompaña de las nuevas tecnologías.

La educación virtual se ha vuelto relevante en la sociedad y las herramientas digitales se han convertido en parte esencial del proceso de enseñanza-aprendizaje.

El II Coloquio de Docencia. La educación forzada a valorar: virtual vs presencial fue organizado por el Departamento de Administración de la Unidad Azcapotzalco de la UAM, la Escuela Superior de Tepeji del Río y la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.