Por: Redacción/

Ante la pandemia por el COVID-19, la sociedad enfrenta el reto de mejorar las prácticas sustentables y cambiar su estilo de vida, a través del fortalecimiento de la educación ambiental, para preservar los recursos naturales, consideraron especialistas del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

El Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, ha puntualizado que la Nueva Escuela Mexicana trabaja para cimentar la educación ambiental, en todos los niveles de enseñanza, como pilar de bienestar humano y la sustentabilidad.

Por su parte, el Director General del IPN, Mario Alberto Rodríguez Casas. ha destacado que el equilibrio ambiental es prioridad para el Politécnico, por ello se requieren profesionales que desde sus ámbitos construyan escenarios deseables de desarrollo sustentable.

Al analizar el “Impacto de la pandemia en el medio ambiente”, a través de un Webinar organizado por el Centro Interdisciplinario de Investigación sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD), los expertos politécnicos destacaron que la pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 modificó el ritmo de agotamiento de los recursos naturales, y redujo la contaminación del agua y aire.

En este sentido, la doctora Norma Patricia Muñoz Sevilla, Presidenta del Consejo del Cambio Climático del Gobierno de México e investigadora del CIIEMAD, destacó que la calidad del agua mejoró, disminuyó la contaminación ambiental, pero siguen presentes los aerosoles contaminantes, los cuales se fugan en la atmósfera.

Agregó que en las playas de la Isla de Soho, en Hong Kong, se registra la llegada de miles de cubrebocas que son arrastrados en el océano provenientes de otros lugares. En Quintana Roo, México, prevalece el problema del sargazo, el cual las autoridades locales trasladan a la vegetación sana de la laguna costera.

Por otro lado, advirtió sobre los efectos posteriores a la pandemia sobre SARS-CoV-2, porque una vez que se retomen las actividades económicas del país, se prevé el incremento del dióxido de carbono y la concentración de gases por efecto invernadero.

Por ello, la doctora Muñoz Sevilla consideró que a través de la educación se pueden cambiar los hábitos y estilo de vida de la población para retomar las actividades, incluso contemplar, por ejemplo, en el uso de la bicicleta como medio de transporte cotidiano.

En su oportunidad, Jonathan Muthuswamy Ponniah, investigador del CIIEMAD e integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Nivel II, indicó que la pandemia modificó la calidad de agua del mar; afloraron algas con elevadas cantidades de nutrientes (fósforo y nitrógeno) y se incrementó la acidez en el océano, lo que provocará en el mediano plazo (de cuatro a cinco meses), la muerte de organismos y afectaciones a la biodiversidad marina. “La materia orgánica es muy baja en los océanos y cuando aumente la actividad de afluentes, durante el reinicio de actividades, habrá un cambio drástico cerca de las costas”, apuntó el científico.

Finalmente, el científico politécnico, Pedro Francisco Rodríguez Espinoza, señaló que disminuyeron las descargas industriales e intensificaron las domésticas, pero se requiere una sociedad que preserve los recursos naturales y realice acciones encaminadas a la conformación de una nueva estructura social.