Por: Redacción/

El plan de emergencia económica que el gobierno mexicano anuncie el próximo 5 de abril por la pandemia de la COVID-19, tiene que ser integral y deben colaborar todos los actores posibles, para estabilizar la economía y el empleo, además de minimizar los riesgos a la salud de la población, afirmó Armando Sánchez Vargas, director del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

Al participar en el programa “La UNAM responde”, transmitido por la televisora de la Universidad Nacional sugirió que el gobierno mexicano establezca una “especie de política keynesiana para mantener la actividad económica y el empleo.

“El gobierno tiene que gastar y el déficit público debe ser utilizado para contrarrestar los efectos negativos de la crisis. El Banco de México tiene que trabajar en colaboración con las secretarías de Hacienda y Economía para establecer una estrategia integral, encaminada a enfrentar los problemas de salud y de crecimiento económico, de manera coordinada y colaborativa”, explicó.

A nivel mundial, el G20 ha señalado que debe haber un gasto de alrededor de cinco billones de dólares para enfrentar la recesión. “En esos mismos términos, el gobierno de México debe pensar en impulsar el gasto público”, reiteró.

El experto en temas de pobreza y econometría destaco la importancia de apoyar con transferencias a la población más desprotegida, para que siga teniendo capacidad de consumo, lo que ayudará a las familias y a la economía del país. Un ejemplo de ello son las trabajadoras domésticas, quienes además de pobreza y escasos ingresos, no tienen acceso a servicios de salud.

Asimismo, se requiere que las empresas continúen pagando el salario de sus trabajadores, y para ello necesitan tener liquidez, principalmente las microempresas, que representan el 60 por ciento o más de los empleos en México. “Se les puede apoyar a los pagos de nómina, con mantenimiento de créditos blandos, disminución en servicios como el pago a la luz, entre otros”.

Además, los productores requieren acceso a los insumos, principalmente los sectores que necesitan de importaciones. De igual manera, se debe trabajar para mantener las ventas, asegurar que haya manera de que los consumidores accedan a los bienes y servicios.

Habrá sectores que se verán más afectados por el cierre de fronteras y la reducción de intercambio de insumos, como el automotriz y el electrónico, por lo que es importante impulsar proyectos de infraestructura que estén vinculados.

Sánchez Vargas Pidió a las familias en lo posible tomar previsiones en los gastos de su alimentación y su salud, pues la fase más alta de contagio por SARS-CoV-2 en nuestro país aún no se presenta, “y si bien existe una política de salud pública para hacerle frente, a nivel familiar debe haber ahorros para encarar la situación”.

Finalmente, el director del IIEc subrayó que el aislamiento social es la alternativa que México tiene para afrontar esta contingencia. “Es difícil, pero es importante adoptarla porque no podemos llevar una estrategia como la de Corea, que hizo miles de pruebas para detectar pronto a los enfermos y aislarlos. En nuestro caso, no tenemos el mismo acceso a las pruebas. La estrategia del aislamiento por etapas es la manera, no hay otra, porque somos un país menos desarrollado”.