Por: Redacción/

La macroeconomía mexicana, en general, tiene un panorama estable y equilibrios buenos, aun cuando hubo personas o sectores afectados. El contexto de la caída importa porque no hubo crisis financiera ni desequilibrio interno fuerte que sugiriera que el impacto económico fuera duradero, indicó Rodrigo Mariscal Paredes, director general de Análisis Macroeconómico de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Durante su ponencia “Criterios Generales de Política Económica. Entorno Económico y proyecciones de cierre de finanzas públicas”, como parte de las actividades de la Cátedra SHCP en la Facultad de Economía de la UNAM “Presupuesto 2021, Economía Mexicana y Respuesta ante el COVID-19”, el también egresado de esta entidad universitaria afirmó que al iniciar la pandemia el choque económico que se vivió en 2020 fue una restricción fuerte a la movilidad en el mundo.

“Las medidas sanitarias y el distanciamiento social afectó la movilidad de la población, este factor explicó la mayor parte de la variación negativa en el PIB en el segundo trimestre de 2020 para una muestra de países. México fue una de las economías que tuvo limitaciones relativamente fuertes en movilidad e implicó caídas importantes en la actividad económica, pero al emparejarse con el aumento del número de contagios diarios comenzaron a implementarse las medidas sanitarias para evitar aumentara el número de contagios”, comentó en el evento virtual.

En México, dijo, se implementaron las llamadas “medidas COVID-19” que consistieron en acciones de crédito y apoyos a la economía popular, programas de vivienda y otras garantías para otorgarle crédito a las empresas.

“En la economía mexicana los principales canales que se han recuperado positivamente y mejor de lo esperado fueron el comercio internacional, a partir de junio y julio de 2020; el precio de materias primas, conforme fue recuperándose el comercio internacional, como el petróleo, el arroz, la soya y el maíz; los tipos de cambio del peso con respecto al dólar; se recuperó el flujo de capitales a las economías de tal manera que estamos con 50 por ciento arriba de lo que teníamos anteriormente”, enfatizó Mariscal Paredes.

El especialista señaló que la economía mexicana empezó a beneficiarse cuando pasaron los semáforos epidemiológicos de rojo a naranja. El sector de servicios es más heterogéneo y no cayó tan fuerte al interior, pero hay otros que todavía están en 60 por ciento, como el de alimentos y alojamiento. En cuanto a la inversión, a partir de 2018 venía con una tendencia a la baja, pero con la pandemia colapsó por la incertidumbre del tiempo que duraría la contingencia.

“El mercado laboral fue sui generis porque no solo presionó la parte del desempleo, sino que hubo un número importante de subocupación. El mercado laboral llegó a estar al 53 por ciento, pero a partir de junio 2020 esta brecha empezó a reducirse y ahora está a 10 puntos porcentuales por arriba de lo que estaba en marzo 2020 y se ha venido recuperando de manera sostenible. En cuanto al empleo informal, cayó un tres por ciento al inicio de la pandemia pero va recuperándose”, subrayó Mariscal Paredes.

En el rubro de desigualdad regional, subrayó que el impacto de la pandemia afectó a los estados, sobre todo los turísticos, que todavía siguen rezagados; a su vez, los vinculados con la parte de manufactura y exportación han tenido una recuperación más acelerada.

El experto afirmó: se espera que estos impactos disminuyan en la medida que mejore el turismo nacional e internacional y con la campaña de vacunación.