Por: Redacción/

En el marco de la Jornada Nacional de Sana Distancia se ha vuelto a subrayar la importancia de transitar a una sociedad que tenga acceso y conocimiento para usar las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). En particular, en el confinamiento ha destacado su utilidad para el teletrabajo (home office), para continuar con el ciclo educativo mediante la modalidad en línea y para el comercio electrónico, entre otras actividades, señala una investigación de la Dirección General de Análisis Legislativo del Instituto Belisario Domínguez (IBD).

El estudio titulado “Accesibilidad y uso de Internet en México. La ENDUTIH a la luz de Covid-19”, escrito por el investigador Itzkuauhtli Zamora Saenz, destaca que en una crisis sanitaria como la de Covid-19, la brecha digital constituye una caja amplificadora de la desigualdad social que hay en México.

El documento del IBD señala que, de acuerdo con datos del INEGI, mientras que prácticamente ocho de cada 10 personas de seis años o más es usuaria de Internet en asentamientos urbanos, esta proporción disminuye a cinco personas entre la población rural.

Esta brecha es más notable cuando la unidad de análisis es el hogar: mientras que 65.5% de los hogares localizados en asentamientos urbanos está conectado a Internet, solamente 23.4% tiene esta conexión en los asentamientos rurales.

Se estima que el 45% de la población mexicana que se encuentra en el estrato económico “bajo” es usuaria de Internet. Este porcentaje contrasta con el de la población que se encuentra en el estrato socioeconómico “alto”, ya que 92% de este sector es usuario de Internet.

En ese sentido, los hogares de estrato socioeconómico “bajo” que tienen computadora, pero carecen de conexión a Internet mencionan que no pueden adquirir el servicio por falta de recursos económicos (60.2% de quienes se encuentran en esta situación) y porque no hay servicio en su localidad (26.1%).

A pesar del incremento de la población usuaria de Internet que ha tenido nuestro país en los últimos años (se pasó de 57.4% en 2015 a 70.1% en el año 2019), no se ha logrado reducir la brecha digital entre los asentamientos urbanos y rurales, ni entre los estratos socioeconómicos.

La investigación sostiene que la población rural y la que se encuentra en situación de pobreza, presentan una condición muy adversa para complementar el aprendizaje de las personas que vieron alterada la modalidad en la que cursaban su educación formal a raíz del confinamiento.

Estos sectores de la población también enfrentan la dificultad de realizar teletrabajo o de capacitarse en línea para buscar un empleo cuando se reanude la mayoría de las actividades económicas.

Esta dificultad va en detrimento de la construcción de capacidades y habilidades de la población que de por sí ya tiene una situación económica precaria.

Ante este escenario, se considera fundamental avanzar en la consolidación de una sociedad del conocimiento que tenga políticas específicas para garantizar el acceso a Internet para toda la población, concluye el investigador.

El estudio del IBD se puede consultar en la siguiente dirección: http://bibliodigitalibd.senado.gob.mx/handle/123456789/4869