Por: Redacción/

Tras calificar como un costoso y criminal “fraude” la construcción y puesta en operación del llamado Paso Express en la Autopista México-Cuernavaca, el vicecoordinador del GPPRD en la Cámara de Diputados, Jesús Zabrano Grijalva, demandó al secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, asumir su responsabilidad, presentar su renuncia y reintegrar lo pagado de más por la obra.

Durante la reunión de trabajo del funcionario en la Tercera Comisión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, en el Senado de la República, para responder a los señalamientos de negligencia y corrupción en esa obra que ya costó la vida a dos personas, el legislador perredista advirtió que aún hay preocupación por otras deficiencias en el costoso y peligroso tramo carretero que no han sido atendidas, por lo que exigió a la dependencia actuar a la brevedad.

Entre los pendientes de atención mencionó al menos siete puntos de grandes encharcamientos, obras de mitigación de riesgo de diverso tipo, reforzamiento de muros y derivaciones para el tráfico vehicular a fin de evitar que este tramo siga siendo una “ratonera” y motivo de más accidentes. Hay –dijo- incluso fotografías y otras evidencias gráficas para mostrar, por ejemplo, los sitios donde faltan muros de contención.

Dijo al funcionario que ojalá ahora sí vea que haya supervisión técnicamente eficiente a los trabajos que faltan y no se tenga que esperar a otros accidentes fatales para que tome cartas en el asunto o para apoyar a las familias afectadas de distinta forma por deficiencias en la obra, quienes a la fecha no han sido atendidas.

Lamentó la negligencia del mismo Ruiz Esparza y sus subalternos durante la construcción y puesta en operación que, en resumidas cuentas, fue un fraude a las finanzas públicas, la ciudadanía y a las otras empresas participantes en la licitación o concurso gubernamental para obtener el contrato de la misma, ya que se asignó a una compañía tramposa que, para obtenerlo, ofreció un bajo costo y luego lo llevó a más del doble.

Consideró inconcebible que Ruiz Esparza no conociera de este sobrecosto o que, como en esta comparecencia, ofrezca explicaciones increíbles, como decir que no había trabajos previstos en el proyecto que luego tuvieron que hacerse, que el material usado se mejoró, que no hubo advertencias de los riesgos, y que hubo la supervisión necesaria y suficiente, pues de ser todo ello cierto no se hubiera generado el socavón al paso de un automóvil en el que finalmente murieron dos personas.

Tan mal se hicieron las cosas –dijo Zambrano Grijalva- que hay señalamientos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en la revisión de la Cuenta Pública de 2015, de la Dirección de Protección Civil y del Sistema de Aguas de Morelos, de Caminos y Puentes Federales (Capufe) durante la construcción, del mismo delegado de la SCT -quien incluso firmó una minuta sobre lo que debía remediarse- y de los vecinos.

Peor aún: se hicieron obras donde no se requerían, por lo que luego debieron derruirse, y no se hicieron donde faltaban, por lo que hoy hay todavía sitios apuntalados con palos en lugar de concreto, por lo que todo mundo sabía lo mal que se hacían las cosas, menos el funcionario.

“El secretario Ruiz Esparza ha reiterado que hubo supervisión, pero al final debe reconocer que incluso la supervisión fue deficiente. Ahí están los hechos, ahí están los resultados, y la responsabilidad principal de ello y de que todo se haga conforme a lo contratado, la Secretaría y su titular deben asumir su responsabilidad. No le busquemos”, sentenció.

Agregó que las fallas siguieron el mismo día del accidente, cuando se pudieron haber evitado las dos muertes si personal de SCT hubiera dado paso a personal de Capufe para auxiliarlos.

Ahora –continuó el perredista-, al secretario Ruiz Esparza ni las cuentas le salen, pues afirma que los 14.5 kilómetros de los 10 carriles del Paso Exprés costaron mil 796 millones de pesos, pero si se cree su afirmación de que cada kilómetro costó 15 millones 600 mil pesos, el total serían dos mil 262 millones de pesos.

Lo cierto es que la obra costó más del doble de lo ofrecido por la empresa ganadora del concurso, lo que según Ruiz Esparza fue por la mejor calidad del material usado, lo que a su vez garantizaba su utilidad de 40 años, pero ello resultó una mentira, por lo que además de asumir su responsabilidad, el todavía titular de la SCT debe hacer que se reintegre lo defraudado a la nación, sobre todo porque están en curso otras obras bajo el mismo esquema –es decir, con sobrecosto-, como lo reconoce el mismo funcionario y lo advierte la ASF.

A la reunión también asistieron los diputados Rafael Hernández, presidente de la Comisión especial de seguimiento a la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, y Lucía Meza, legisladora por Morelos.