Por: Redacción/

Las diputadas Verónica Sobrado Rodríguez (PAN), Cynthia Iliana López Castro (PRI), Maribel Martínez Ruiz (PT) y Frida Alejandra Esparza Márquez (PRD) afirmaron que para combatir la violencia simbólica que se ejerce contra las mujeres y sectores vulnerables es necesario, antes que nada, visibilizarla e identificarla.

Durante el debate virtual “¿Qué es la violencia simbólica y cómo se puede legislar?”, en el marco del programa “Parlamento en Vivo”, organizado por la Coordinación de Comunicación Social de la Cámara de Diputados, las legisladoras apuntaron que este tipo de violencia intangible se ejerce en todos los ámbitos e instituciones, y está tan normalizada que no se le señala ni critica, a pesar de que discrimina, excluye, provoca desigualdad de género y limita el desarrollo de las personas.

Indicaron que la violencia simbólica se puede observar en medios informativos, canciones, series de televisión, películas, publicidad, pornografía, certámenes de belleza, chistes y refranes, así como en instituciones sociales como la Iglesia católica y la familia.

La diputada Sobrado Rodríguez, secretaria de la Comisión de Igualdad de Género, comentó que este órgano legislativo ya trabaja en una reforma a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, para conceptualizar y reconocer este tipo de violencia, cuya propuesta de definición es la siguiente:

“Violencia simbólica es la expresión, emisión y difusión por cualquier medio, ya sea en el ámbito público o privado de mensajes, patrones estereotipados, signos, valores icónicos e ideas que transmiten, reproducen, justifican o naturalizan la subordinación, la desigualdad, la discriminación y la violencia contra las mujeres en la sociedad”.

La también integrante de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables señaló que para combatir esta violencia es necesario comenzar por su visibilización e identificación, a fin de hacer una deconstrucción de la normalización de esa violencia y crear conciencia. Asimismo, apuntó que se debe trabajar, a la par, en la definición de la violencia mediática, pues los medios de comunicación tienen una responsabilidad en la reproducción de la violencia simbólica y deben contrarrestarla.

La diputada López Castro, integrante de la Comisión de Igualdad de Género y secretaria de la Comisión de Educación, apuntó que la violencia simbólica está tan normalizada que para algunos sectores es difícil identificarla. Como ejemplo, señaló que la Iglesia católica es la única institución en la que se relega y excluye a la mujer para realizar un oficio: el sacerdocio.

Subrayó que debe ser en la educación temprana donde debe combatirse de raíz la violencia simbólica, pues es en esta etapa donde se comienzan a formar los esquemas de obrar, pensar y sentir asociados a la posición social, que el sociólogo Pierre Bourdiau denomina “habitus”, y “aquí la escuela debe jugar un rol importante”.

También consideró que las canciones, series de televisión, publicidad, etcétera, con violencia simbólica deben ser prohibidos.

La diputada Martínez Ruiz, secretaria de la Mesa Directiva, destacó que la violencia simbólica es la base de todas las demás violencias hacia la mujer y es muy difícil de detectar porque no es tangible, y coincidió en que la educación, en la etapa infantil, es clave para erradicarla.

También apuntó que para identificar esta violencia, ésta debe ser llamada por su nombre, pues de lo contrario se hace inexistente, tal como sucede con las mujeres cuando no se les visibiliza en el lenguaje.

La diputada Esparza Márquez, secretaria de la Comisión de Juventud y Diversidad Sexual, manifestó que la discusión legislativa de la violencia simbólica llega a México con un retraso de al menos una década, al tiempo que señaló que el combate de esta violencia debe ir más allá de lo legislativo, “se deben alinear acciones en torno a este asunto en todas las instituciones, en todos los gobiernos, en todo el Estado”.

Afirmó que en los certámenes de belleza se ejerce violencia simbólica contra las mujeres porque se les evalúa a las concursantes con base en estereotipos, como no tener hijos, no ser casadas, tener determinada estatura, que no tienen nada que ver con las funciones posteriores que les otorgan, como ser embajadoras de tal rubro. “Y lo mismo sucede en algunos medios informativos, pues las presentadoras de noticias deben reunir ciertas características, y eso también se debe analizar”.