Por: Redacción

El Estado, en todas sus áreas, debe reconocer a México como un país multilingüe, con más de 60 agrupaciones lingüísticas y 368 lenguas maternas vivas, y para celebrarlas en su día hay que hablarlas y poner atención a los fenómenos culturales que generan, señaló José del Val Blanco, director del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC) de la UNAM.

Además, se debe analizar que se ha creado una Ley general de derechos lingüísticos de los pueblos indígenas, sancionada en marzo de 2003, que conforma una estructura jurídica que legitima estas facultades.

“Cuando se tiene una estructura educativa para el plurilingüismo, las habilidades se desarrollan normalmente. Todos los pueblos indígenas en México son bilingües o trilingües, salvo un pequeño sector monolingüe”, dijo.

El punto es generar un modelo educativo orientado por el plurilingüismo. Una lengua no son sólo las palabras, sino el conjunto de ideas y las formas de concebir, de mirar la realidad, que son diferentes, y eso enriquece. Si hay algo que caracteriza a este país, es su enorme diversidad, pero frente a la sociedad mexicana está un Estado obsesionado por la homogeneidad y la unidad, resaltó el universitario.

En el marco del Día Internacional de la Lengua Materna (instituido por la Unesco con el propósito de promover la diversidad lingüística y cultural, y el plurilingüismo), que se conmemora hoy, 21 de febrero, José del Val consideró que el problema radica en que una ley de esta naturaleza debería tener como objetivo que la estructura del Estado, en todas sus áreas, reconociera esta realidad, es decir, que México es plurilingüe.

La coyuntura es favorable para hacer efectivo este planteamiento, sobre todo ahora que se nombró en la dirección del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) a Juan Gregorio Regino, poeta mazateco con preparación suficiente para concretar este planteamiento, remarcó.

Un punto a atender, ejemplificó, es que si se reconocen 368 lenguas, nuestra Constitución debe ser traducida a esas mismas. En ese sentido, el propio INALI y las instituciones relacionadas con este tema deberían analizar cuál es el proyecto social del desarrollo lingüístico en México y de las lenguas maternas, para determinar los espacios para su desarrollo y florecimiento.

El etnólogo subrayó que en nuestro país se advierte una especie de ofensiva contra el multilingüismo. “El proyecto actual es hablar español e inglés, lo cual significa que desde la óptica neoliberal se debe achicar la posición mexicana, situación que contradice la riqueza lingüística nacional”.

Respecto de la defensa de la cultura mediante el lenguaje en un país multidiverso, indicó que el Estado no debería tener atribuciones con la cultura, pues es un asunto de los portadores. “Los Estados imponen proyectos, aseguran que defienden y protegen; sin embargo, lo que se debe defender y proteger es a quienes hacen la cultura. Aún más, la gran cultura mexicana tiene como fuente la gran cantidad de actores mexicanos que la hacen”.

Del Val Blanco expuso que en la UNAM se alientan los recitales de poesía en lenguas indígenas; además, el PUIC, el Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras y el Instituto de Investigaciones Filológicas evalúan los sitios de enseñanza de lenguas indígenas para impactar la formación de profesores, debido a que esa actividad requiere de formación pedagógica y didáctica.

Asimismo, recordó que un porcentaje importante de los habitantes del Valle de México utiliza el náhuatl sin saberlo. “¿No sería elemental que en las primarias hubiera cartillas de lenguas indígenas para conocer el significado de las palabras que utilizan cotidianamente? Eso permitiría que la lengua floreciera”.

Lenguas discriminadas

En el país no existe visión para preservar la cultura como un medio de identidad. “No es un asunto de sobrevivencia o de identidad, y los nativohablantes cometemos un error, porque creemos que la lengua nativa no nos sirve para comunicarnos porque nos discriminan, y no la hablamos”, expresó Eugenio Camarillo, joven triki nacido en la comunidad de San Miguel Copala, Oaxaca, y egresado de la Facultad de Ingeniería.

En la celebración del Día Internacional de la Lengua Materna, organizado por el Seminario de Investigación sobre Sociedad del Conocimiento y Diversidad Cultural (SCYDC) de la UNAM, resaltó que las lenguas maternas son toda una estructura, pues tienen filosofía y construcción matemática, toda vez que se constituyen de números, métrica y ritmo.

“Es poca la investigación respecto a ello, hemos sido objeto de estudio, pero siempre se saquean esos datos, nunca se devuelve ese conocimiento a las comunidades, es un despojo paulatino”.

Martín Puchet, subdirector del SCYDC, comentó que muchas lenguas han sido acorraladas, desplazadas, puestas fuera del mundo de los hablantes dominantes. La lengua forma las rutinas, reglas con las que nos comportamos todos los días. Uno de los grandes temas del conocimiento es que éste se adquiere a través de la lengua materna y, en particular, por medio de la práctica.

“Para nosotros el tema de la lengua materna es la construcción institucional desde el hogar, pasando por la comunidad, hasta llegar a la nación, al conjunto de lenguas, culturas y comunidades que integran una nación pluricultural como México”, abundó.

En su oportunidad, Juan Gregorio Regino, director del INALI, puntualizó que pese a la Ley general de derechos lingüísticos de los pueblos indígenas, aún prevalece el modelo de sociedad hegemónica, que hace que las lenguas maternas permanezcan en la clandestinidad.

Las lenguas indígenas “siempre han estado aquí”, aunque siempre en el anonimato. A pesar de dicho estatuto, el panorama es el mismo, y revertirlo requerirá de muchos recursos.

En la Casa de las Humanidades, Juan Gregorio recalcó que la sociedad mexicana está bombardeada por un sistema y una ideología donde las lenguas han sido descalificadas y consideradas dialectos como una forma de discriminación.

Las nuevas generaciones no las aprenden, los padres no las transmiten y éstas se degradan y pierden. “Estamos ante un fenómeno sociolingüístico complejo y delicado, gran parte de las lenguas indígenas que existen en el país están en riesgo de desaparecer. Hay que definir acciones y actuar ante este fenómeno, y aquí es fundamental el papel de las autoridades tradicionales y de los propios hablantes”, concluyó.