Por. Redacción/

Psicológicamente, el ser humano no está listo para llegar a Marte, consideraron estudiantes de la UNAM que participaron el pasado enero en una misión análoga al planeta rojo, en el desierto de Utah, Estados Unidos.

Existe tecnología avanzada en el sector espacial y muchos avances científicos en este campo, pero psicológicamente no estamos preparados, reiteró Danton Bazaldua Morquecho, alumno de Ingeniería en Telecomunicaciones en la Facultad de Ingeniería (FI).

Junto con su compañera Tania Robles Hernández, de Ingeniería Mecánica en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, fueron dos de los siete tripulantes latinoamericanos (los únicos mexicanos, junto con tres peruanos y dos colombianos) que formaron el CREW 187 LATAM II, un ejercicio estudiantil organizado por la Mars Society de Estados Unidos, para simular una estancia en Marte.

En conferencia de medios en el auditorio anexo del Instituto de Geografía (IGg), ambos reconocieron que la misión fue, ante todo, una prueba de resistencia humana.

Evalúan reacciones psicológicas

Mientras los jóvenes estuvieron del 13 al 28 de enero en la Mars Desert Research Station (MDRS), un grupo de psicólogos egresados de la UNAM analizaron sus reacciones.

Desde la torre de control (un sitio físicamente alejado de los estudiantes), un grupo de psicólogos –que ya ha participado a distancia en dos misiones simuladas– buscó entender las diferentes emociones que viven las personas en un ambiente de aislamiento y con recursos limitados de alimentación y comunicación, para prevenir futuros conflictos. También están ahí para asesorarlos en caso de suscitarse disputas o problemas entre ellos.

Eduardo Reynoso Cruz, José Luis Baroja Manzano, Óscar San Pedro Caligua y Betel Martínez Valdés, todos egresados de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, están interesados en la carrera espacial desde esa disciplina.

“Con la información que recolectamos queremos dar alternativas para prevenir conflictos que pudieran presentarse”. Entre los problemas más frecuentes en un grupo aislado están los desacuerdos de comunicación entre tripulantes (consecuencia del estrés y el aislamiento), ansiedad, ser muy receptivo ante los demás (lo que genera malos entendidos) y el mal humor, comentó Betel Martínez.

Al identificar los elementos que están fallando en procesos cognitivos, los psicólogos pueden alertar sobre una persona que presenta ciertos patrones de conducta inadecuados y hacer recomendaciones: desde hablar en privado con el sujeto en cuestión, hasta aislarlo.

Betel sugirió aprovechar los resultados de este ejercicio para formar en México un grupo de psicólogos que sean líderes en la prevención de problemas entre tripulaciones espaciales.

“Este tipo de información la podemos llevar al área aeronáutica, más allá de las misiones estrictamente espaciales”, concluyó.