Por: Redacción/

Salvador Landeros Ayala, profesor de la Facultad de Ingeniería (FI), obtuvo el Premio Nacional de Ingeniería 2016, que otorga el Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas.

Al recibir el reconocimiento, el universitario externó su orgullo y emoción. “Lo comparto con los ingenieros presentes y con quienes en algún lugar del país se esfuerzan por dignificar a nuestra profesión”.

Con una parte de su desarrollo profesional en la academia y otra en los sectores público y privado, impulsando proyectos de largo aliento, Landeros Ayala se dijo satisfecho por haber vivido la realidad de la ingeniería mexicana.

El recipiendario del galardón, entregado por primera vez hace 38 años, comentó que siempre ha buscado contribuir al beneficio de los demás, y “el único premio que ha anhelado es que México sea un país de justicia y de igualdad de oportunidades.

“Este reconocimiento debe ser un estímulo para las nuevas generaciones, los jóvenes estudiantes o quienes inician su desempeño en esta carrera, a fin de que se esfuercen y venzan los obstáculos para triunfar y dejar huella de su paso por el camino que le ha tocado recorrer al género humano”, expuso.

En la ceremonia de entrega, Leonardo Lomelí Vanegas, secretario general de la UNAM, señaló que apostar al crecimiento del mercado interno y a un mayor grado de desarrollo tecnológico pasa por apoyar a la ingeniería mexicana en sus distintas ramas.

El papel que han cumplido los ingenieros en la construcción del país ha sido fundamental, dijo en el Salón de Actos del Palacio de Minería,

Lomelí resaltó que se debe recurrir a las páginas gloriosas de la ingeniería mexicana. “Los artífices de la construcción del México moderno, que se acercó por momentos a ser un país desarrollado y más justo, fueron de manera destacada los ingenieros”.

No haber dado continuidad a esos logros y aciertos, explica en gran medida que hoy nuestra nación crezca a tasas tan pobres y poco satisfactorias. “Llevamos prácticamente tres décadas de hacerlo al dos por ciento anual, en momentos en que deberíamos hacerlo, al menos, al cinco por ciento para satisfacer las necesidades de una población que año con año demanda 800 mil puestos de trabajo”, expuso.

Al hacer una semblanza de Landeros Ayala, Rodolfo Neri Vela, Premio Nacional de Ingeniería 2015 y primer astronauta mexicano, resaltó que el galardonado es claro ejemplo de lo que un ser humano puede lograr en su profesión con base en esfuerzo, perseverancia y amor a su trabajo.

Landeros, actual presidente de la Unión Mexicana de Asociaciones de Ingenieros, nació en San Juan del Río, Querétaro, que en los años 50 y 60 no contaba con una escuela preparatoria. Al terminar la secundaria, el joven Salvador viajaba hasta la capital del estado para cursar el bachillerato.

Desde entonces mostró interés por las matemáticas y una voz le dijo al oído que debía estudiar ingeniería. Lejos de sus padres y hermanos, llegó a la Ciudad de México, pues logró ser admitido en la Facultad de Ingeniería para iniciar su largo camino, siempre con la convicción, dedicación y responsabilidad de que debía salir adelante sin importar penurias u obstáculos, refirió.

Luchador incansable, decidido y seguro de sí mismo, primero fue ayudante, después profesor y empresario. Decidió ir a Estados Unidos a cursar su maestría en Ciencias en la Universidad de Pensilvania. A su regreso a México se dedicó a la docencia y a la ingeniería práctica.

Salvador Landeros, finalizó Neri, ha dirigido 40 tesis, publicado docenas de artículos en revistas nacionales e internacionales, e impartidos cientos de cursos de ingeniería de 16 materias diferentes, en licenciatura y posgrado, además de cursos de educación continua. “Una buena parte de su alma la ha entregado generosamente a esta casa de estudios, ocupando cargos administrativos en paralelo a sus actividades académicas”.