• Algunos proyectos políticos y económicos el concepto de sustentabilidad es una utopía, pues está limitado a la privatización de los recursos naturales para el beneficio corporativo.

Por: Redacción/

Términos como sustentabilidad, resistencias sociales, resiliencia, desarrollo, progreso e incluso cambio climático se han conceptualizado desde una visión eurocentrista y occidental que no necesariamente se comparte en México, señaló Anaid Velasco durante la presentación virtual del libro Resistencias sociales y alternativas de sustentabilidad. Un análisis multidimensional, coordinado por la doctora Aleida Azamar Alonso y publicado por la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

La obra está conformada por ocho artículos de la autoría de expertos y ex alumnos de la Maestría en Sociedades Sustentables de la Unidad Xochimilco que analizan desde distintas perspectivas el origen e impacto de las luchas socioambientales y, con una sólida base académica y de experiencia en campo, exponen qué es la sustentabilidad desde una visión progresista y comunitaria que difiere del concepto que manejan intereses corporativos.

Los textos aportan reflexiones importantes sobre el rol de los megaproyectos, el extractivismo y las políticas públicas referentes al cuidado ambiental. Los cuatro primeros están enfocados a las resistencias sociales sobre las problemáticas rurales; los otros cuatro a las luchas a nivel urbano y los temas de resiliencia, sostuvo la Gerente del Área de Investigación del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA).

En el primer capítulo del libro, la doctora Azamar Alonso, profesora del Departamento de Producción Económica en la Unidad Xochimilco, advierte que en algunos proyectos políticos y económicos el concepto de sustentabilidad es una utopía, pues está limitado a la privatización de los recursos naturales para el beneficio corporativo; por ello enfatiza la diferencia entre la sustentabilidad crítica y la que han adoptado las corporaciones, disfrazándola como un beneficio común.

Tal es el caso de la empresa canadiense Alamos Gold y su filial minera Esperanza Silver, que desde 2012 han procurado la explotación de oro y plata en las inmediaciones Xochicalco, Morelos, acuñando el concepto de Nuevo Modelo de Minería Social y Ambientalmente Responsable para justificar su extracción. Lo cierto es que este proyecto representaría un consumo de agua para sus actividades de 51.14 por cierto de la disponibilidad media del acuífero de Cuernavaca, lo que comprometería de manera grave el abasto del recurso en la zona más poblada del estado.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha rechazado las Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIA) presentadas por la compañía, que recientemente indicó que el proyecto necesitaría 760 millones de litros de agua al año, dato alarmante considerando que el estrés hídrico de la zona es el más alto del país y que la demanda de agua es 41 por ciento superior a la que hay disponible en el lugar.

Respecto del segundo capítulo del libro, que ahonda en los conflictos sociales y socioambientales y las definiciones, conceptos y discusiones teóricas que los explican, la ingeniera por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Beatriz Olivera Villa, subrayó la aportación que Azamar Alonso hace en este apartado, que explica los conflictos como procesos de creación y construcción humana que buscan la transformación, a partir de una metodología propia para analizarlos en sus diferentes dimensiones.

Olivera Villa destacó un artículo que examina la experiencia en dos comunidades rurales en Chiapas, donde las autoras analizan una política impulsada por el gobierno de Felipe Calderón que proponía establecer ciudades rurales sustentables; el resultado demostró que el progreso y el desarrollo no significan lo mismo para gobiernos que para comunidades, y que las políticas públicas implementadas para este objetivo no lograron satisfacer las demandas de esas poblaciones porque difieren las visiones de unos y otros.

La directora de la Organización Energía, Género y Ambiente (Engenera) ofreció una acuciosa descripción del contenido de esta publicación, en la que reseña el artículo del doctor Carlos Rodríguez Wallenius, profesor del Departamento de Producción Económica de la Unidad Xochimilco, que da cuenta de la lucha de un pueblo en Oaxaca frente a las actividades mineras. Otro de los textos refiere el tema de la sustentabilidad en el campo en Ecuador, donde la participación de una red de campesinas y campesinos latinoamericanos promueve la agricultura familiar y la participación de las mujeres en el campo.

En el capítulo dedicado a la organización vecinal para la generación de sociedades sustentables en entornos urbanos, los autores precisan su importancia como una estrategia para disminuir los casos de violencia e inseguridad y para formar redes para la creación de comunidades vecinales más sustentables. Los siguientes dos capítulos se enfocan en el concepto de resiliencia, cuestionando su validez al ser acuñado por instancias institucionales que tergiversan su sentido por intereses empresariales para imponer su dominio, su hegemonía.

Rodríguez Wallenius, coautor del libro, explicó que el proyecto de la publicación nació a partir del Segundo Coloquio sobre Sociedades Sustentables, organizado por la Unidad Xochimilco cada dos años, que ha puesto sobre la mesa la discusión sobre conflictos socioambientales, no sólo en la minería, sino en las luchas por el agua, la defensa del territorio y de sus bienes naturales, sobre megaproyectos que afectan el ambiente.

A partir de los cuestionamientos sobre el uso de asuntos como sustentabilidad y resiliencia, el libro propone la reconstrucción de sus significados desde la perspectiva de las comunidades campesinas e indígenas.

Anaid Velasco reconoció que las luchas socioambientales han logrado ciertos cambios en el marco jurídico, como el caso de las demandas zapatistas que lograron de manera parcial algunas reformas importantes.