• El director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades señaló que aunque queda mucho por investigar en cuanto a la asociación entre estos males ha sido uno de los grandes componentes que explica la mortalidad y es también uno de los primordiales retos en salud que tienen los mexicanos.

Por: Redacción/

México ha registrado un impacto en mortalidad por COVID-19 enorme, con 70.5 por ciento del total de dicho índice, sin embargo, es preciso mejorar los métodos para calcular las cifras y no caer en comparaciones injustas, señaló el doctor Ruy López Ridaura, director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades.

En la conferencia magistral virtual que ofreció en la inauguración del Encuentro de investigación y servicio del Departamento de Atención a la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) afirmó que el cálculo se hace a partir del número de fallecimientos observados menos los esperados, independientemente de las causas, lo que quiere decir que no todo ha sido provocado por la enfermedad derivada del virus SARS-CoV-2, pues hay muchos otros componentes.

Un análisis preliminar realizado por un grupo interinstitucional estimó que entre el 29 de diciembre de 2019 y el 13 de febrero de 2021 ocurrirían 846 mil 499 defunciones y hubo un millón 263 mil 501, cuya resta da 417 mil dos por todos los motivos, lo que representa 49 por ciento de exceso respecto de lo previsto.

Esto se efectuó con actas en bases de datos del Registro Civil, con mención de términos asociados al COVID-19 en la causa y mediante un algoritmo se extrajo el 294 mil 287, que representa 70.5 por ciento del excedente de la letalidad.

A pesar de los esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) son pocos los países que de manera sistemática, semana con semana, producen esa estimación y aun así hay diferencias metodológicas.

México ha tenido un “enorme impacto en mortandad y eso hay que reconocerlo”, pero establecer qué tan distinto y equiparable es difícil decirlo, además de que debe haber claridad en que “las comparaciones en números absolutos son muy injustas, cuando se habla de naciones con grandes discrepancias en cantidad de personas”, es decir, hablar de 200 mil muertes en una población de 126 millones, tal vez equivalga a una con 40 mil individuos que perdieron la vida entre 60 millones de habitantes, por lo que tener la estadística clara de mortalidad –que es el número de fallecidos por cada cien mil sujetos– es muy importante, ya que el país a veces está en los lugares nueve, 10 u 11.

La comprensión de los motivos posibles de tal letalidad es necesaria, si se considera que en México las enfermedades del corazón, la diabetes y los tumores malignos se han mantenido como los principales detonantes de mortalidad durante varios años. Un ejercicio realizado con los certificados de defunción de 2020 registró incrementos significativos en estos padecimientos.

La pérdida de la vida por males del corazón pasó de 156 mil 41 en 2019 a 212 mil 458 en 2020; por diabetes mellitus, de 104 mil 352 a 152 mil 467; por tumores malignos, de 88 mil 683 a 89 mil 728, y por neumonía e influenza, de 31 mil 81 a 45 mil 125, mientras que la cifra preliminar por COVID-19 fue de 200 mil 739.

“Cuando hemos tratado de explicar el porqué de este fenómeno, uno de los análisis directos es entender a qué se asocia y ahí aparecen las comorbilidades: entre las principales asociadas al COVID-19 están la hipertensión arterial, con 45.1 por ciento; la diabetes, con 37.3 por ciento; la obesidad, con 21.9 por ciento, y el tabaquismo, con 7.63 por ciento.

Aun con la subestimación probable alrededor de estas comorbilidades, en los casos de fallecimiento se ha registrado al menos una de éstas (70 por ciento) y más de 15 por ciento con tres o más y cerca de 40 por ciento con dos o más.

Hay un grupo “no despreciable –27 por ciento de muertes– en el que no hubo comorbilidad alguna y, por ende, es de mucho interés para identificar los factores que pudieran explicarlo, pero eso es parte de lo que tendrá que hacerse con estudios de mayor profundidad.

Aunque queda mucho por investigar en cuanto a la asociación entre estos males ha sido uno de los grandes componentes que explica la mortalidad y es también uno de los primordiales retos en salud que tienen los mexicanos.

Un país con 73 por ciento de su población con sobrepeso u obesidad, al menos una cuarta parte con hipertensión –que se incrementa a más de 50 por ciento entre mayores de 50 años– y 14 por ciento con diabetes –además de los no diagnosticados– refleja que está en un momento crítico respecto del enorme peso que tienen estos padecimientos en la mortalidad y en la calidad de vida.

El Encuentro de investigación y servicio del Departamento de Atención a la Salud continuará mañana 14 de abril con la Mesa Presentaciones en las modalidades oral y póster, moderada por Luis Fernando Rivero, en la que se abordarán, entre otros temas, El efecto bacteriostático de soluciones de quitosano y nanopartículas de plata (Agnps) sobre carne de cerdo; Detección de portadores sanos de Staphylococcus Aureus en nariz y faringe; Tipificación de Blastocystis Spp aislados en ostiones (Crassostrea Virginica) colectados en Veracruz, y La telemedicina en la clínica de patología y medicina bucal de la UAM-Xochimilco durante la contingencia sanitaria por COVID-19.