(CODICS).-  En México no hay nada que celebrar en el Día Mundial de la Leche ya que pequeños y medianos productores de la leche en los últimos dos años los precios de la leche han caído de manera significativa 66 por ciento mientras que de 2012 a la fecha, las importaciones de leche y productos lácteos se han incrementado en 36 por ciento, lo que ha propiciado que la leche de los ganaderos mexicanos sea desplazada por materias primas y productos terminados, aseguró Salvador Álvarez Morán,Presidente del Gremio Lechero.

En entrevista, alertó que, debido a esta situación que impera en el mercado, hay productores que están recibiendo de 2 a 4 pesos por un litro o dejan de comercializar su leche, poniendo como ejemplo al estado de Jalisco, principal productor de leche del país, en donde se están dejando de comercializar 350 mil litros de leche al día.

Además sostuvo que algo que ha venido a complicar el panorama, es la reducción de recursos de Liconsa, que supone una reducción en las compras de la paraestatal de 264 millones de litros con respecto a lo que compró en el 2015 cuando fueron 865 millones de litros.

Salvador Álvarez Morán, Presidente del Gremio Lechero coincidió con Juan Carlos Pardo, Presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Leche y Similares en el sentido de que en México es necesario que todos los días se celebre el Día de la Leche pero consumiéndola líquida, a rebanadas o en cucharadas.

Lo anterior, dijo, permitiría incrementar el consumo per cápita de este alimento, el cual es 378 mililitros al día a 500 mililitros al día como lo recomienda la FAO.

Recordó la importancia que tiene la producción de leche en México, tanto desde su contribución a la alimentación de la población en el país, como de su aporte a la economía nacional, ya que la cadena de la leche representa el 6.2% del Producto Interno Bruto del sector agroalimentario y pesquero.

Cabe recordar que además este eslabón primario genera 635 mil  empleos al año, directos e indirectos.

Pese a lo anterior, la cadena de la leche mexicana enfrenta la falta de infraestructura y equipo; la falta de financiamientos, costos elevados de producción y aun así compete con grandes productores de países desarrollados, como los del Tratado de Libre Comercio con Norteamérica, la Organización Mundial de Comercio y ahora tendrá que hacerlo con el Acuerdo Transpacífico, mejor conocido como TPP.

Este último,  dijo, no ha sido aprobado por el Senado de la República, pero implica  una competencia asimétrica para la cadena de la leche nacional, pues pondrá nuevamente a competir a los lecheros nacionales con lecheros de países como Nueva Zelandia y Australia.

Lamentablemente se detecta que el Gobierno Federal ha utilizado a la leche como moneda de cambio, sin que se hubiesen diseñado e implementado políticas públicas que permitieran, como se han hecho en otros países, el fortalecimiento de la cadena, a fin de estar en posibilidades de competir de manera exitosa con los excedentes de leche que se producen en los países con los que se han suscrito acuerdos comerciales.

Todo ello nos tiene en la necesidad de importar aproximadamente el 30% de la leche y productos lácteos que se requieren en México pero lo más preocupante es que, de acuerdo con la situación actual, la brecha se va abriendo, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de nuestro país y creando un clima de inestabilidad social en el medio rural.