• Un nuevo imperio al estilo romano, con todas las características de la china, porque no olvidemos que la cultura china es tan fuerte, que su población generalmente nunca se asimila a otra cultura.

Por: María Manuela de la Rosa Aguilar/

Hay una nueva forma de domino hegemónico y éste es silencioso, invisible y certero, como el mismo Covid-19.

Estados Unidos, la primera potencia mundial reconocida, sigue tratando de mantenerse en el control, luchando por su liderazgo y pese a la planeada y bien pensada estrategia del presidente Joe Biden, China sigue ganando espacio en el mundo, porque no sólo se perfila como la primera potencia económica  mundial, sino como el nuevo imperio global.

Y es que no sólo tiene uno de los  ejércitos más  poderosos del mundo, con el mayor número de elementos, ya que tiene 2´693,000 elementos activos y la fuerza naval más grande del planeta. Ahora se encamina a mantener una presencia mundial a través de una colonización que lleva décadas en marcha.

En México por todas partes vemos chinos residentes que llegan a emprender exitosos negocios de comida y comercios. El centro de la ciudad de México es prácticamente de ciudadanos chinos, muchos de los cuales traen a trabajadores indocumentados con ellos, aprovechando el gran parecido (para nosotros) que todos ellos tienen, utilizando sus pasaportes y credenciales de identidad con una sola visa para muchos, sin que aparentemente las autoridades mexicanas se percaten de ello.

Pero no sólo México está siendo poblado por ciudadanos chinos, sino toda América Latina, Estados Unidos, Canadá, Europa e incluso África, en donde no es raro que se dediquen a explotar las minas de oro y diamantes; lo mismo sucede en Guerrero y Sinaloa, por ejemplo, de donde exportan el valioso metal hacia su país, a través de contratos con los dueños legítimos para su explotación.

En Argentina han logrado posicionar la cooperativa CASREC, que agrupa a unos 7,000 supermercados tipo Walmart  o Carrefour, incluso es un consorcio mucho más poderoso.

En Perú, en medio del desierto, compraron la mina de hierro más grande y productiva del país, en San Juan de Marcona, ciudad portuaria de la provincia de Nazca, llevándose el metal, sin importar que la explotación afecte al medio ambiente e incluso a la economía local, puesto que tiran los residuos en la costa, en donde la población se dedicaba a la pesca e importaban a Japón, pero esta actividad ha sido afectada drásticamente, ya que han estado expulsando a la gente, donde compraron las tierras. Y este es sólo un caso de muchos en el mundo, puesto que los chinos están utilizando su gran capacidad económica para comprar grandes extensiones de tierras, lo que a mediano y largo plazo cambiará drásticamente la geopolítica. Y esta es una nueva e innovadora estrategia de conquista imperial.

El nuevo caballo de Troya  está en marcha y parece estar logrando su objetivo.

En África se está adueñando no sólo de minas y tierras, sino de los medios de comunicación y pensar que esto es sólo por un interés empresarial sería muy ilusorio, puesto que es evidente que la propaganda es uno de los principales objetivos.

Este nuevo colonialismo no es tan diferente del inglés, francés o belga; aunque tal vez es posible que sea peor, porque bien es sabido que el pueblo chino por tradición segrega a todo lo que sea extranjero, por lo que ya se están presentando muchos indicios de racismo en África, así que está siendo invadido por un nuevo Apartheid, pero ahora dominado por el Partido Comunista Chino.

China también tiene intereses en Rusia, pues en Siberia, que es un territorio inhóspito, se ha estado poblando con inmigrantes chinos, que también están haciendo grandes negocios ahí, desplazando poco a poco a la población rusa originaria.

En Europa cada vez es más común ver a chinos establecerse, generalmente con negocios de comida o con tiendas de productos muy accesibles, aunque de muy poca calidad, pero que han tenido gran éxito por sus bajísimos precios. En Portugal ya se han apropiado de grandes extensiones de tierra e incluso están adquiriendo la ciudadanía y por tanto todos los derechos de los nacionales.

Lo mismo está sucediendo en el mundo, el objetivo principal es apropiarse de los medios de producción, de las tierras, de la economía y  formar parte integral de las diversas naciones, adquiriendo derechos civiles y políticos, para en un futuro participar en la toma de decisiones y seguramente formar parte del poder público, con lo que estaría concretada esta colonización. Un nuevo imperio al estilo romano, con todas las características de la china, porque no olvidemos que la cultura china es tan fuerte, que su población generalmente nunca se asimila a otra cultura. Y esta es una diferencia crucial con el imperio romano, ya que los romanos se asimilaron a todas las regiones que conquistaron, respetando incluso las costumbres religión y cultura local. No así el gigante chino, que tratará de imponerse, sobre  todo, a través de la propaganda para establecer una nueva ideología global.

Ojalá que esto no logre concretarse, porque sería un golpe mortal para la civilización occidental y toda la que no sea china.