Por: Redacción/

Desde el comienzo del siglo XXI, el mundo ha experimentado grandes transformaciones como consecuencia de los procesos de urbanización que algunos especialistas denominan la edad de la ciudad, al estimar que en un periodo tan breve como siete años, 62 por ciento de la población mundial vivirá en urbes, en un proceso que no deja de avanzar, expuso el doctor Christof Göbel, investigador del Departamento de Evaluación del Diseño en el Tiempo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En el contexto de la llamada edad de la ciudad, el desarrollo de la sociedad dependerá en gran escala de la comprensión y la administración del crecimiento urbano, considerando que la mayoría de las metrópolis con mayor expansión se encuentran en países en vías de desarrollo, lo que abona al desequilibrio entre ricos y pobres.

Debido a esto han surgido paralelamente dos estructuras urbanas: las formales y las no planificadas o informales; de hecho se calcula que casi la mitad de la población citadina del planeta construye de manera espontánea e informal su espacio básico para vivir, señaló al dictar la conferencia magistral Planeación urbana en el ámbito global de la ciudad actual en la Universidad Benito Juárez de Oaxaca, como parte del Foro Por el Oaxaca que queremos, convocado por el gobierno municipal de esa entidad y esta casa de estudios, entre otras instituciones de educación superior.

Además de estas áreas “improvisadas del urbanismo informal”, existen ciudades futuristas tipo high tech en rápida expansión, muchas de ellas son las asiáticas del Este que, por ejemplo, buscan ascender lo más velozmente posible a este tipo de metrópolis. Esta clase de desarrollo de alta velocidad “admite un gran riesgo”, ya que “no necesariamente estas transformaciones abruptas basadas en la especulación de los inversionistas lograrán consolidarse indefinidamente”.

Un tipo de este high speed se experimenta en este momento en México; el crecimiento de la capital del país ha disminuido desde 1980 y, por el contrario, la ola de urbanización desborda las grandes urbes en la nación entera.Ahora, muchas ciudades medianas mexicanas fungen como catalizadores del desarrollo regional y local, y son centros guía de actividades económicas. Un ejemplo lo constituye la aglomeración urbana de Querétaro, la cual se multiplicó desde 1970, en un lapso de 35 años, por 17 veces.

Estos dos fenómenos de avance urbano opuestos de metrópolis con un crecimiento explosivo y aquellas en disminución drástica “son particularmente notables en nuestros días”; ciudades de Asia, América Latina y África se expanden a una velocidad excepcional, mientras que muchas de las del llamado primer mundo disminuyen en tamaño y población.

Para el doctor Göbel este fenómeno indica el fin de una época en la cual, en los países industrializados la población, la economía, la prosperidad y sus ciudades se expandieron continuamente. En la actualidad casi 400 urbes universales con más de 100 mil habitantes han disminuido significativamente, las cuales “no son una excepción pasajera, sino un modelo de civilización y un problema universal”.

Todos los procesos de desarrollo urbano debieran cumplir con el concepto de la sustentabilidad, es decir, que las ciudades no se expandan más en forma excesiva ni exploten irracionalmente los recursos naturales.

El concepto de sustentabilidad “aparece en boca de todos”, pero son necesarias acciones encaminadas al uso de energías renovables y a promover una nueva cultura de la movilidad, entre otras.