• La crisis sanitaria visibilizó la disparidad de los roles de género y el aumento de la violencia.

Por: Redacción/

Aunque el confinamiento tan inesperado propició un cambio abrupto en las actividades académicas y personales que amplió el rol como mujer, también dejó aprendizajes que propiciaron la creatividad al aprender modalidades digitales para dar clase e incluso para generar cercanía con los estudiantes, coincidieron académicas y egresadas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Durante los dos años más recientes, “vimos la importancia de unirnos como comunidad sobre todo cuando los estudiantes llamaban para preguntar qué hacer cuando algún familiar se enfermaba o cuando nos enterábamos que algunos dejarían la Universidad para empezar a trabajar porque sus padres estaban desempleados”, mencionó la doctora Nohra Elsy Beltrán Vargas.

La jefa del Departamento de Procesos y Tecnologías de la Unidad Cuajimalpa reconoció que la emergencia sanitaria “nos movió de nuestra zona de confort, por lo que buscamos la empatía” frente al escenario que implicó dejar de asistir a la escuela, además de que existía el temor a contagiarse, había estrés, angustia o trastornos de sueño entre la comunidad.

“Además de ser académica, soy mamá, esposa, hija, hermana y en ese tiempo tan complicado no sólo atendí la cuestión laboral, sino que desempeñé funciones en casa y fungí como maestra de una niña de primaria, situación que me empezó a generar angustia”, refirió en el Conversatorio El papel de la mujer en los tiempos de COVID-19.

La doctora Cynthia Sámano Salazar, académica del Departamento de Ciencias Naturales de la misma sede universitaria, señaló que “el manejo de las emociones y aprender a valorar la salud, la familia y el trabajo fueron de los mayores aprendizajes que me dejó la crisis sanitaria, periodo en el que me convertí en ama de casa, maestra de kínder, profesora de la universidad y hasta vampiro para dar atención a alumnos que mandaban mensajes en la madrugada –sobre todo en el pico de enero– para preguntar qué hacer cuando alguno de sus familiares cercanos estaba enfermo”.

La pandemia “nos hizo ver la situación en la que nos encontrábamos, así como lo que hacía falta hacer, además de que se vio un aumento de la violencia en contra de las mujeres y para algunos hasta se hizo normal el feminicidio, todo ello aunado a la depresión causada por el encierro, tanto de maestros como de estudiantes”, reconoció la doctora Erika Iris Puente Guzmán, quien realiza su estancia posdoctoral en el mismo campus.

La crisis sanitaria visibilizó la disparidad de los roles de género y el aumento de la violencia, por lo que “también permitió valorar la convivencia con amigos y familiares”, apuntó la doctora Milka Olsen, coordinadora de la Licenciatura en Matemáticas Aplicadas.

En algún momento del confinamiento “tuve que tomar un proceso terapéutico de pareja debido a las tareas del hogar, al hecho de compartir un espacio para trabajar, al miedo de contagiarse y al mecanismo de adaptación a las plataformas para impartir clases”, detalló la maestra Kemberli García Barrera, encargada de la Unidad Especializada en Igualdad y Equidad de Género.

“Las mujeres se vieron más solas, con menores recursos y con más trabajo durante el encierro de casi dos años, además de que aumentó la violencia digital, la deserción escolar en la educación básica, pero sobre todo hubo un retroceso en los derechos y aportes por una vida libre de violencia”, coincidieron las licenciadas Brenda Quiroz Medina y Amahirany Cabañas Hernández, egresadas de la Licenciatura en Biología Molecular.

La psicóloga Saira Yanet Gutiérrez Contreras, responsable del Módulo de Atención y Prevención de la Violencia y moderadora del conversatorio, informó que de acuerdo con los registros obtenidos fueron recibidas, entre marzo y abril de 2020, 21 mil 722 llamadas –30 por hora en promedio– relacionadas con violencia de género, lo que representó un aumento de 42 por ciento en relación con años anteriores.

Entonces, la pandemia empujó a 54 mil mujeres a dejar estudios de licenciatura o posgrado, retroceso con una dimensión que aumenta las desigualdades y se ve reflejado en los derechos del sector femenino.

El doctor José Campos Terán, director de la División de Ciencias Naturales e Ingeniería, quien encabezó el acto inaugural, subrayó la importancia de este conversatorio para conocer, aprender y reconocer a todas las mujeres de esta área, al tiempo que se comprometió a trabajar de manera permanente para la igualdad de todas y todos.